viernes, 4 de agosto de 2017

Islandia de nuevo. Los Fiordos del este

Brunavik. Islandia

De nuevo Islandia
Este verano hemos vuelto a Islandia. Un segundo viaje planeado sin grandes desplazamientos, unos días en los fiordos del este, de allí al lago Myvtan para visitar la caldera de Askja y finalmente, desde Reikiavik , otra de las maravilas de Islandia, el mágico paisaje de Landmannalaugar.
Queremos disfrutar del paisaje despacio, sin agobio, dejando tiempo para empaparnos de este país único que tanto nos enamoró en el viaje anterior.

Volamos con Lufthansa al aeropuerto de Keflavik, el vuelo llega pasadas las doce de la noche (aunque es pleno día) y decidimos quedarnos a dormir en el pueblo cercano al aeropuerto. Craso error, ya que a la mañana siguiente no encontramos bus desde el pueblo y tenemos que volver al aeropuerto a esperar el Flybus que sale cuando llegan los vuelos. Total un pastón en taxis.

En Reikiavik vamos directamente al aeropuerto de la ciudad, cercano a la estación de autobuses. Tenemos un vuelo con Air Iceland (nueva compañía aérea para nuestra colección) a Egilsstadir donde recogemos el coche que tenemos reservado. Tenía que ser un Toyota Yaris, el modelo más barato, pero tienen coches de sobra y nos dan un amplio y nuevo Skoda Octavia que funciona de maravilla.

Ventajas de conocer el país. Sabemos que no lejos del aeropuerto de Egilsstadir se encuentra el supermercado Bonus al que vamos a comprar comida para varios días. Los Bonus son los más baratos y con lo caro que encontramos el país no está mal ahorrar un poco. Compramos el rico pan de semillas, queso, salmón y arenque marinado, skyr (el rico yogur islandés) y poco más. Desde España traemos variedades de sopas, jamón serrano, longaniza, frutos secos y unos tomates de la huerta de mi padre que nos saben a gloria, aunque hay que reconocer que los tomates de invernadero de Islandia no están mal.

Seydisfjördur


Seydisfjördur. Islandia
Después de comprar vamos directamente a Seydisfjördur a unos 30 km por la carretera que asciende  dejando atrás Egilsstadir,  la capital del este. Desde un mirador se ve el amplio valle, nudo de comunicación en el que confluyen las carreteras que llevan a los fiordos del este.
La carretera serpentea mostrando en cada giro las montañas nevadas de las que caen cascadas, líneas plateadas que destacan en las verdes laderas, sonido constante de agua que fluye, cae, ruge...
Un paisaje ya conocido que nuevamente nos emociona.
Monumento Borbjörn Arnoddsson. Seyðisfjörður. Islandia
El monumento en memoria de Borbjörn Arnoddsson es parada obligatoria, el perfecto mirador a la orilla del río desde el que observar Seyðisfjörður.
Bajamos por la carretera parando a ver las cascadas de Mulafoss y Gufufoss y empaparnos de la belleza de un lugar que, en mi opinión, es uno de los más bonitos de Islandia.
Seydisfjördur es un pueblo no muy grande con preciosas casas de madera pintadas de colores, jardines decorados con esculturas (es un lugar en el que viven muchos artistas) y un ambiente tranquilo que apenas se ve interrumpido por el ferry que un par de días por semana enlaza Islandia con Dinamarca.
Casa en Seydisfjördur. Islandia
Casa en Seydisfjördur. Islandia

Seydisfjördur. Islandia
Vamos a pasar dos días en el albergue Hafaldan Old Hospital un lugar recomendable, muy bien organizado, aunque por falta de previsión no podemos encontrar habitación privada y tenemos que compartir una de seis plazas (42 € por litera)
Skalanes. Seyðisfjörður

Dejamos las cosas, nos preparamos una sopa instantánea, algo de salmón y salimos a caminar por la reserva natural de Skalanes. Pasamos la fábrica de pescado, cruzamos el puente que hay a unos tres kms del pueblo y aparcamos el coche.



Seguimos la senda que bordea el fiordo, invadido por las vistosas flores amarillas o violetas (lupino) presentes en todos los fiordos del este.
Cada poco nos paramos  a observar todo tipo de animales, los pájaros que están en época de cría y nos atacan pensando que les vamos a robar; patos y gansos que nadan a la orilla y se alejan previsores; parejas de pájaros que revolotean por el camino y como no, las ovejas que pasan el verano en los campos y todo lo pueblan.
Caminamos hasta las 12 de la noche con la luz permanente del verano que retrasa la hora de dormir y convierte los paseos en un lujo.

Mjoifjördur

Mjoifjordur. Islandia
El día amanece lluvioso.  Nos desviamos de la carretera a Reydarfjördur para coger una pista sin asfaltar (buena) que lleva a Mjoifjördur, un pequeño fiordo considerado uno de los más impresionantes de Islandia y realmente lo es.


Cascadas Klifbrekkufossar. Mjoifjördur. Islandia

El paisaje no deja de sorprendernos y cuando de repente nos encontramos con las cascadas Klifbrekkufossar, que caen en el borde de la carretera, nos quedamos sin habla. Ohhh, que bonito!.

Cascadas. Mjoifjordur. Islandia
En Mjóifjörður viven unas 40 personas, la mayoría en Brekkuþorp, el pequeño pueblo a la orilla del fiordo, con sus casitas de madera, la iglesia pintada de blanco dominando el fiordo y algún tractor cosechando la hierba.
La puerta de la iglesia
De vuelta a Seydisfjördur seguimos el consejo del chico italiano de la oficina de turismo, que habla muy bien español y nos vamos a una de las montañas que quedan enfrente. Otra nueva excursión “nocturna” siguiendo el recorrido del río, con cascadas que brillan en las montañas.                                     



Cambiamos de alojamiento pero no nos alejamos mucho, tenemos reservado el Hjá Marlin Hostel de Reydarfjördur, un lugar muy agradable que ya conocemos .
En Egilsstadir paramos a comprar unas cervezas en las tiendas de licores controladas por el gobierno, que abren en un horario muy limitado. Al llegar encontramos un incendio en un restaurante cercano que ha obligado a cerrar la tienda... nos quedamos sin cervezas.
Entre la gente que observa el incendio se encuentra un chico español que trabaja en la reforestación de la zona. Está contratado por el gobierno islandés con categoría de funcionario y nos explica los esfuerzos que hace la admistración para frenar la erosión. Precisamente cerca de Egilsstadir están los mayores bosques del país, todo un logro para un pais en el que apenas se encuentran árboles.

 Fáskrúdsfjördur

Fáskrúdsfjördur. Islandia

Fáskrúdsfjördur. Islandia
Fáskrúdsfjördur. Islandia


Al llegar dejamos de lado Reydarfjördur y nos vamos por el largo túnel de 6 km hasta Fáskrúdsfjördur, el pueblo francés de los fiordos del este en el que, de finales del siglo XIX hasta mediados del XX, se asentó una importante comunidad de pescadores franceses y belgas. Todavía hoy se encuentra presente este pasado en los nombres franceses de las calles y en los edificios restaurados como el hospital francés, convertido en hotel, la casa del médico que es un museo, la capilla....En el pueblo también son abundantes las esculturas y placas que recuerdan este pasado.
Volvemos por la carretera que bordea el fiordo, desde la que se ve una amplia vista de Fjarðabyggð, el municipio más grande de Reydarfjördur y la importante fundición de aluminio ubicada a las afueras del pueblo.


Reydarfjördur

Reydarfjördur. Islandia
Volvemos a nuestro alojamiento, una casita con aire hogareño, amplia, limpia y acogedora, un lugar muy agradable que ya conocemos del viaje anterior. No hay nadie pero una nota indica que llames al teléfono fijo gratuito para avisar de tu llegada. Nos dicen que abren el registro a las 5 de la tarde pero que podemos descansar en la casa, que está abierta y solitaria. Qué agradable sensación de confianza se vive en este país. Nos preparamos un te y descansamos viendo desde el saloncito cómo cae la lluvia.

Cuando despeja salimos a la orilla del fiordo a sentarnos en unas mesitas frente al mar. Un grupo de pescadores bromea y “rivaliza” con las capturas, beben cervezas y a Luis se le enciende la luz, sale a la búsqueda de la tienda de licores y al rato vuelve con unas cervezas que tomamos frente al mar. Es tan difícil encontrar gente en los pueblos que nos resulta agradable sentir que el pueblo está vivo y no es sólo un precioso decorado sin vida en el interior.
Eskifjörður. Islandia

Nos registramos, preparamos una rica sopa y después de cenar nos vamos a Eskifjörður un pueblo pesquero que queda a unos 15 km. Antes de llegar paramos en Holmanes, un mirador con acceso a las rocas en las que anidan diferentes tipos de aves. El lugar es bonito pero el fuerte viento no resulta agradable y aguantamos poco.
No hay gran cosa que ver o hacer en Eskifjörður, una calle principal paralela al fiordo, un gran edificio de madera que alberga un museo del mar, las montañas nevadas protegiendo el pueblo, prados en los que pastan ovejas y poco más, un modelo de pueblo que se repite en todos los fiordos del este, con cascada cercana incluida. Nos acercamos a verla y como no es fácil seguir el sendero decidimos volver a disfrutar de nuestra preciosa casita en  Reydarfjördur.
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Seguimos viaje a Laugarfell, la cascada Hengifoss, el lago Myvtan,  la caldera de Askja, el cañón de Asbyrgi... (trayecto que contaremos en otra entrada)
para volver días después de nuevo a los fiordos, en esta ocasión a Borgarfjörður eystri
 

Borgarfjörður eystri
Medianoche en Borgarfjörður eystri. Islandía
Nos desviamos de la Hringvegur o carretera N1 para atajar por solitarias carreteras comarcales que llevan al fiordo más al norte, a Borgarfjörður eystri, un lugar fantástico en el que apenas viven un centenar de personas.

Borgarfjörður eystri es el hogar de la Reina de los Elfos islandeses, que vive en la colina "Álfaborg" donde reside con su corte en el "Elves'Castle". La tradición de trasgos y elfos sigue muy presente en estas tierras.

Blabjorg Hostel, Borgarfjörður eystri. Islandía
Vamos a pasar dos días en Borgarfjörður ya que es un buen lugar para hacer excursiones. Nos alojamos en una antigua fabrica de pescado “Blabjorg hostel” (126€ con desayuno) un precioso lugar de gestión municipal, un proyecto de desarrollo sostenible que favorece el empleo en la zona. El lugar es muy agradable, la cocina amplia y muy limpia y el desayuno muy bueno con productos locales .

Puerto Borgarfjörður eystri. Islandía
Cenamos acompañados de un chico sevillano que encontramos en el hostel y salimos a pasear por las calles solitarias. Llegamos hasta la fabrica de pescado, en el exterior las cabezas de pescado se secan a la espera de ser vendidas a Nigeria para hacer su apreciada sopa.
 Por la mañana nos vamos directamente al puerto pesquero, situado a unos cinco kms del pueblo. En Hafnarhólmi se pueden ver de cerca las aves en su época de cría, hasta veinte clases de aves anidan en sus rocas, aunque los más abundantes son las gaviotas (diferentes tipos) y los preciosos frailecillos.
Entre 2 y 3 millones de parejas de frailecillos pasan los veranos en Islandia. Son aves que viven unos 25 años y conservan la misma pareja con la que se instalan en sus nidos en mayo para criar a sus pollos. Al parecer, esta gran cantidad de pájaros se ponen de acuerdo para partir de nuevo hacia alta mar todos el mismo día: el 15 de agosto. Curiosos estos frailecillos!.

Pesca del día. Frailecillo. Islandia
Frailecillo. Islandia
Gaviota tridáctila Islandia
Pasamos un buen rato observándolos y después nos vamos andando hasta la Bahía de Brunavik, una excursión que se inicia muy cerca del puerto. Seguimos las señales amarillas en una ascensión fácil. No bajamos hasta la playa para ahorrarnos algo de camino, pero desde el collado la bahía se ve muy bonita.

En Blabjorg Hostel, Borgarfjörður eystri. Islandía
Cuando volvemos nos vamos directamente al spa que hay en el hostel a la orilla del mar, un lujo.

Pico Rjupnafell. Islandia
Nuestro último día con coche, ya que tenemos que devolverlo en Egilsstadir a las cuatro de la tarde.
Aprovechamos la mañana (lluviosa y fría) para hacer la ruta de Vatnskatsdsvegur. Ascendemos por un gran valle siguiendo las señales amarillas que guían el camino, con la vista puesta en el pico Rjupnafell. Vamos despacio parando a disfrutar del precioso paisaje. Cuando termina la ascensión asomamos a otro valle en el que se distingue bien el lago color turquesa de Storurd. Qué bonito!. Qué ganas de seguir un buen rato más y pasar todo el día por estas montañas, pero no es posible, tenemos poco tiempo.
Nos volvemos con pena y de nuevo sentimos que este país tiene lugares espectaculares que nos emocionan.
Llegamos a Egilsstadir, devolvemos el coche en el aeropuerto dejando las llaves en un buzón y esperamos unas horas para coger el avión a Reikiavik.

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