jueves, 31 de agosto de 2017

Islandia: Tierras altas, Lago Myvtan, Krafla, Askja, Asbyrgi

Caldera de Askja. Islandia
Dejamos Reydarfjördur, pasamos por Egilsstadir y, siguiendo una carretera paralela al río Lagarfljót (hay una por cada orilla) vamos a la cascada Hengifoss.
El día ha salido lluvioso, con esa lluvia fina que casi no se nota pero que cala de verdad. Vamos por  la margen derecha del Lagarfljót, un río que a partir de Egilsstadir se ensancha tanto que se parece más a un lago o pantano. Desde la carretera vamos viendo un frondoso bosque, rara avis en este país; en realidad esta zona es la más arbolada de Islandia gracias a un plan del gobierno para combatir la deforestación plantando árboles que sobrevivan a los rigores del clima.
Cascada Hengifoss. Islandia
Cascada Hengifoss
Llegamos al parquín que lleva a la cascada Hengifoss, una de las más altas de Islandia. Hay bastante gente que no teme a la lluvia y que montaña arriba sigue el sendero marcado, una sencilla ruta de unos 5 km i/v que nosotros terminamos perdidos de barro.
Cascada Litlanesfoss. Islandia
Al poco de iniciar el camino llegamos a Litlanesfoss una cascada pequeña pero muy bonita por las columnas hexagonales de basalto que se ven en sus paredes.
En la cascada Hengifoss. Islandia
Después de una media hora de ascenso se llega al amplio circo con la cascada Hengifoss al fondo. El paisaje es precioso, la montaña forma un semicírculo como protegiendo la cascada, el río serpentea, líneas curvas de color blanco sobre en la intensa hierba verde. La lluvia constante y la bruma ocultan los colores del fondo, una pena!. Seguramente en un día soleado se verá muy diferente y se apreciarán mejor las bonitas franjas de color que separan los estratos de roca, pero con todo el lugar es impresionante.
Se puede subir hasta la cascada pero el suelo está bastante embarrado y decidimos no intentarlo. (otra vez será.. o no).

Tierras altas. Islandia
Tierras altas. Islandia
Laugarfell
Unos kilometros mas alla de la cascada de Hengisfoss dejamos la carretera general para ir dirección a Laugarfell, un alojamiento ubicado en las tierras altas, muy cerca del glaciar Vatnajökull.
Sigue lloviendo, hace frio, el paisaje se ha vuelto árido y tenemos la impresión de penetrar en un territorio extraño.
Laugarfell. Islandia
La carretera asciende y deja ver una meseta desolada, sin más vegetación que la mullida capa de musgo. Descubrimos el páramo islandés en la que apenas se ve vida, el paisaje de las tierras altas hasta el límite con las montañas de nieve y hielo del glaciar Vatnajökull, el mayor de Europa, que ocupa gran parte del territorio de Islandia.
Seguimos las señales hasta un mirador pero la bruma impide ver nada, así que vamos directamente a Laugarfell, el hostel que abre solamente en verano y que se encuentra siguiendo una pista. Al llegar vemos las pozas de aguas naturales en las que se bañan grupos de personas. Están locos! pensamos, con este frio!. Yo no me voy a meter!.
Baño en Laugarfell. Islandia

Ocupamos la estrecha habitación y como el espacio no invitaba a estar mucho rato decidimos armarnos de valor y salir al exterior a meternos en las pozas. Previamente hay que ducharse con agua y jabón y dice el protocolo que lavarse la cabeza, pero a tanto no nos atrevemos.
Las pozas están una a 32 y la otra a 40 grados. Calientes, calientes. Qué delicia!. Qué calorcito! Qué placer!. Allí nos pasamos varias horas de piscina en piscina, disfrutando del paisaje y hablando con una pareja suiza que se quejaban de los altos precios de Islandia.. callaron cuando les dijimos que éramos españoles. Jejeje.

Estas piscinas son muy conocidas y la gente viene expresamente a bañarse pero pocos se quedan alojados, así que a la hora de cenar solamente hay dos mesas ocupadas en el comedor. Cenamos una sopa y un pastel de patata y pescado prefabricado, nada especial al precio de 24 € (precio razonable para Islandia).
Cascadas de Laugarfell. Islandia


Salimos a ver las cascadas cercanas y el declive de un sol que nunca se pone pero  que al atardecer se refleja sobre el nevado monte Snaefell (1833m.) No hay que confundir esta tenebrosa montaña con el Snaefells que describe Julio Verne en su novela "Viaje al centro de la Tierra", y que está en el oeste de Islandia.

Es un paisaje diferente, peculiar, la mirada se extiende sin límite hasta el infinito por extensiones cubiertas por mullidos campos de musgo en los que pastan las ovejas.
A medianoche yo me vuelvo al hostel pero Luis, poseído por el instinto montañero, sigue andando hasta las tres de la mañana, que vuelve agotado. 

Por suerte la mañana amanece soleada y podemos ver el espectacular paisaje. Desde el mirador distinguimos muy bien la masa blanca de los hielos perpetuos del Vatnajökull.

El subsuelo de esta zona esta ocupado por un centro de investigación geotérmica de la que apenas se ven edificios, solamente algunas salidas de aire rematadas por figuras de los animales que pueblan este páramo como son el zorro ártico, el único mamífero autóctono del país, el caballo o el reno.

Tierras altas. Islandia

El lago Myvtan
Vamos por la carretera sin asfaltar del otro lado del río Lagarfljót a enlazar con la circular N1 hasta el lago Myvtan, a unos 170 km.
Hemos reservado habitación en el Fosshotel Myvatn, que lleva solamente 4 días abierto y sigue en obras. El boom del turismo queda plasmado en este enorme hotel dirigido a los grupos. Nos cuesta nada menos que 210€ (con desayuno), el precio más alto que hemos pagado nunca por un alojamiento.

Volcán Krafla: Viti y Leirhnjukur
Volcán de Krafla. Islandia
El volcán Krafla tiene unos 10 km de diámetro y presenta una gran zona de fisuras volcánicas que han dejado un peculiar paisaje de campos de lava, probablemente la mayor que se puede ver en los alrededores del lago Myvtan.

Leirhnjukur. Islandia
Cogemos en desvio de la carretera N1, a 7 kms se encuentra la planta de energía geotérmica con una exposición permanente que se puede visitar, pero queremos aprovechar el día soleado y no entramos.


Precioso el color turquesa del cráter Viti (en islandés víti significa infierno ya que antiguamente se pensaba que el infierno se encontraba bajo los volcanes). Lo vamos bordeando con cuidado, temerosos de que el viento que sopla con fuerza no nos haga tropezar y caer al vacío.
Leirhnjukur. Islandia

No lejos se encuentra Leirhnjukur, una impresionante zona de actividad volcánica que forma parte de la caldera de Krafla, un paisaje de lodos ardiendo, burbujas hirvientes, las tierras ocres, negras, quemadas; fumarolas que despiden un fuerte olor a azufre, fuego y humo que sale de las rocas en un inquietante sendero. Nos adentramos con miedo, sorteando las rocas calientes pero pronto decidimos no desafiar al destino y retirarnos del lugar que erupcionó por última vez 1984.

Uno de los atractivos del lago son las piscinas de aguas sulfurosas pero decidimos no pagar los 40 €  y quedarnos con el recuerdo del viaje anterior. A cambio vamos a cenar a uno de los bares del pueblo, donde no comemos gran cosa y pagamos 22€ cada uno.

La caldera de Askja
A las 8 de la mañana sale el autobús especial preparado con enormes ruedas de montaña que va a la Caldera de Askja (23000 coronas, casi 200€).
Hacia la Caldera de Askja. Islandia
Tenemos un día lluvioso, mala suerte.

Al poco de dejar la carretera general nos adentramos en el paisaje seco y pedregoso del desierto de Ódadahraun, una inmensa colada de lava resquebrajada que hace traquetear el autobús.
Herðubreið, la Reina de las Montañas de Islandia, se ve cada vez más cercana. Es fácilmente reconocible por su forma de tarta cubierta de nata. En el año 2002 se celebró en Islandia unconcurso para elegir la montaña más representativa del país, Herðubreið recibió el honor con el 60% de los votos.

Herðubreið, la Reina de las Montañas y el campo de lava. Islandia
El autobús hace varias paradas, una en el refugio de Fjalla-Eyvindur, el ladrón más conocido de Islandia, un lugar inhóspito en el que se  ocultaban los bandoleros, ladrones de ganado cuya pena era su propia vida, y que malvivían por estas tierras alimentándose de angélica, una mata parecida al hinojo. Hambre y penurias de un pasado no tan lejano.
Cataratas del río Jökulsá. Camino a la caldera de Askja. Islandia

Paramos en las cataratas del río Jökulsá donde parece que el mundo se ha vuelto en blanco y negro.

Río Jökulsá. Camino a la caldera de Askja. Islandia
Vadeamos varios ríos, cruzamos por lugares impactantes, tan extremos que fueron utilizados por la NASA para entrenar a sus astronautas del Programa Apolo o más recientemente para rodar escenas de la famosa serie de Juego de Tronos.
Río Jökulsá. Camino a la caldera de Askja. Islandia

Llegamos a las 12h30 a la base de la montaña, a los cráteres de Vikraborgir. Desde allí tenemos que caminar un rato, unos 45 minutos para llegar a la caldera de Askja. El viento frío sopla con fuerza y resulta difícil caminar por la senda marcada en la nieve. Por suerte al rato se despeja un poco y disfrutamos de un cielo más claro que ilumina el paisaje.
Caldera de Askja. Islandia
Llegamos en primer lugar al cañón Viti con sus aguas sulfurosas de color turquesa en las que es posible bañarse, pero las  lluvias de los últimos días impiden bajar por las resbaladizas paredes, nos quedamos con las ganas. El lago Öskjuvatn de Askja se encuentra al lado.
Hace frío pero vamos bien abrigados y nos sentamos a disfrutar de este lugar tan especial mientras bebemos unas cervezas que Luis ha subido en su mochila, Las saboreamos frente a las montañas nevadas contemplando los bloques azulados de hielo que flotan en el lago. Para quedarse un buen rato, pero al cabo de media hora la mayoría de la gente ya se ha vuelto al autobús y tenemos que salir tras ellos, caminando con dificultad por la nieve y el barro.
Camino a la caldera de Askja. Islandia
Una parada de 30 minutos para comer algo cerca de un cámping y vuelta a Myvtan. Un largo viaje de 12 horas para ver todo a mucha velocidad. Sé que es difícil pero me hubiera gustado pasar mucho más rato disfrutando este espacio tan especial, inconvenientes de las excursiones organizadas; en cualquier caso, para venir aquí por tu cuenta hace falta un buen vehículo 4x4 y algo de experiencia en conducir por estas pistas y, además, vadear ríos caudalosos.
Caldera de Askja. Islandia
Hemos reservado habitación 60 km y salimos hacia allí. Nos alojamos en el hotel Edda, residencia de estudiantes en invierno, alojamiento de turistas en verano. El día a sido largo.

Cascada Godafoss
Cascada de Godafoss. Islandia

De nuevo amanece lluvioso. Nos acercamos a la cascada de Godafoss con la idea de repetir nuestra foto de 2013, imposible, a pesar de la lluvia el lugar está lleno de gente. Parada obligatoria de los autobuses. Con todo es una cascada impresionante.
Cascada de Godafoss. Islandia
Vamos hacia la carretera del norte. Paramos en Husavik, damos una vuelta por el puerto, me sigue pareciendo un pueblo muy bonito.
Seguimos en dirección al cañón de Asbyrgi.

Cañon de Asbyrgi
Asbyrgi es un cañón en forma de herradura gigante que según las sagas tradicionales islandesas se formó por la huella de la pezuña del caballo del dios Odín que pasó por le lugar. Preciosa explicación pero es más realista pensar que este paisaje único en Islandia se deba a la actividad volcánica del lugar.
                      Cañón de Asbyrgi. Islandia.           Foto prestada internet
Dejamos el coche en el parquín. Nos adentramos por el primer sendero que vemos con la suerte de que llegamos hasta Botnstjörn, el pequeño estanque rodeado de vegetación, con miradores en los que se pueden observar las enormes paredes de casi 100 metros que forman la herradura.
Cañón de Asbyrgi. Islandia

El Cañón de Asbyrgi no es grande, tiene una extensión de unos 3,5 Km de largo por 1 Km. de ancho, cerrado por enormes paredes lo que provoca que en su interior se forme un microclima que favorece la supervivencia de árboles de clima frío como el abedul, el sauce y el fresno de montaña.
Vamos recorriendo senderos sin saber muy bien donde terminan, que nos sorprenden y nos llevan a distintos miradores. Un lugar precioso que sorprende.
La carretera que lleva a Dentifoss está llena de baches, se puede viajar con coche normal pero en algunos trozos es bastante infame. No circulan muchos coches. Nos cruzamos con uno que al vernos nos para y pregunta: De donde venís?, a donde lleva esta carretera?. Otros locos perdidos por aquí, debieron pensar.
Cascada Dentifoss. Islandia
Llegamos a Dentifoss, la cascada con el mayor volumen de agua de Europa, mide casi 100 m de ancho y tiene una caída de 45 m lo que provoca un tremendo ruido. ¡Que bien nos vendría una cascada así en Aragón !
Pasamos un rato admirando el derroche de belleza de este lugar y seguimos viaje, Volvemos durante unos 15 km por la carretera (mala) que comunica con la C1. Volvemos a los fiordos del este, a pasar unos días en Borgarfjordur, una ruta que ya contamos en esta entrada: Islandia de nuevo: Fiordos del Este.

1 comentario:

Viajar dijo...

No hay nada como un viaje claro está, pero nada se compara a un viaje con tus amigas, he tenido la fortuna de tener muchos junto a ellas y en los peores momentos de mi vida y me animo ha dado un giro de 180 grados gracias a ellas y a esos lugares esplendidos a los que hemos ido, es la mejor forma de escaparte de la cotidianidad y el ruido de la ciudad