miércoles, 25 de noviembre de 2015

Bulgaria Devín y Plovdiv

Teatro Antiguo. Plovdiv. Bulgaria

4.- Devin y Plovdiv
Devin
Llegamos a Devin a las 3 de la tarde. El viaje ha sido largo, en el tramo final la furgoneta nos deja el cuerpo molido por las curvas de la carretera que bordea el  embalse encajonado en la montaña.
Devin es una ciudad balneario que cuenta con varios hoteles de cinco estrellas. Nosotros nos alojamos en el Persenk, muy cerca de la plaza, con piscina y spa. Nos están esperando y nos reciben entregándonos mi DNI.  (Chapeau por  la chica del hotel Chavkova house de Melnik).
El pueblo es pequeño, una mezcla entre rural y ciudad turística, con casas dispersas en la ladera de la montaña, aunque en las calles apenas se perciben los numerosos turistas que visitan Devín y que seguramente pasan los días en los balnearios.

 PLANTAS DE LAS MONTAÑAS RÓDOPE


Vamos a estar dos días en Devin y queremos visitar el pueblo y los alrededores. Pedimos en el hotel un plano pero la recepcionista nos dice que no, que planos no tienen. Le preguntamos por la oficina de turismo y de nuevo nos dice que no, que oficina de turismo no hay. Le enseñamos una foto del Ecotrail, que es una atracción del lugar  y de nuevo nos dice que no, que no sabe donde está... Desistimos!. Que difícil es informarse en este país!.
Pasamos un rato en el spa y la piscina y salimos a conocer el pueblo e intentar enterarnos de como visitar los alrededores. En la plaza vemos un plano de Devin con la ubicación de los hoteles y logramos hacernos una idea, poco más.

Entrada cueva Yagodina. Bulgaria
Por la mañana cogemos un taxi para ir a la Cueva de Yagodina que está a unos 20 kms de Devin (20 lev = 10 €). Las visitas guiadas (7 lev = 3,50 €) son cada hora. Es una cueva muy grande con enormes estalactitas que por su color lechoso me recuerdan a las cuevas de Molinos (Teruel) (ver entrada  Cuevas de Molinos) pero en este caso me gustan mucho más las de Molinos. Dentro hace un frío considerable, en cambio en el exterior la temperatura es muy agradable. Al salir de la larguísima cueva visitamos también otra muy pequeña, en la que una arqueóloga local está de guardia para explicar a los visitantes los secretos de antiguos pobladores de la región, que eran trogloditas.
Desenvainando judias. Devín. Bulgaria

La chica se entretiene con nosotros para contarnos en inglés todo el rollo arqueológico que antes ha explicado en búlgaro. Los pocos visitantes se han ido, no hay taxis (lo que le habría costado al taxista que nos trajo avisar y sacarse un complemento), ni manera de volver que no sea andando. Bajamos hasta el cruce y empezamos a caminar haciendo autostop. Nos para una pareja de búlgaros que han vivido un año en España. El chico habla perfectamente español; van a la cueva de Trigrad y sobre la marcha decidimos que nosotros también. Al llegar no nos apetece entrar en otra cueva y preferimos disfrutar de las vistas del estrecho cañón que llaman Dyavolsko Gurlo (la "Garganta del Diablo"). Caminamos por la solitaria carretera paralela al río Tigrad entre enormes paredes que parecen de mármol.  A los  6 ó 7 km volvemos a hacer autostop y cuando parecía que nadie nos paraba, tenemos suerte y nos para una pareja de búlgaros que viven en Estados Unidos y que nos acercan a Devin.


Comemos una rica ensalada en un restaurante cerca del centro y cogemos un taxi para ir a las piscinas (no nos aclaramos si son públicas o privadas) que están a unos 4 km. Hace fresco para bañarnos y nos vamos a hacer el sendero que discurre paralelo al río. Es el Ecotrail, un recorrido de 3 horas que se muestra en todas las fotos y que no nos supieron indicar en el hotel. Una pena no haber dado antes con él y tener tiempo para disfrutar del paseo por las pasarelas de madera que cruzan o salvan el río.

Ecotrail Devin. Bulgaria
Nos quedamos hasta que anochece y de vuelta al hotel me entran ganas de informar a la recepcionista de por dónde queda el Ecotrail....  Pero para no mosquearme, prefiero ir al spa.

Plovdiv

Plovdiv. Bulgaria
Cogemos la primera furgoneta de la mañana para ir a Plovdiv. Nos alojamos en la orilla del canal que se construyó para unas competiciones de remo. Está a unos 4 ó 5 km del centro (con lo que me gustan a mi los hoteles en el centro del pueblo).
Circo romano. Plovdiv. Bulgaria
Mezquita Plovdiv. Bulgaria
A pesar de estar en septiembre hace un calor húmedo que aplatana y paseamos muy despacio por el casco antiguo de esta ciudad que me parece preciosa. Un recorrido por siglos de historia, desde la época romana, reflejada en las ruinas del Estadio Romano en el centro de la ciudad o el Teatro que domina una de las colinas, hasta el Renacimiento búlgaro con sus preciosas casas de los s. XVIII y XIX.
Plovdiv. Bulgaria
Con Kosta y Germana. Plovdiv. Bulgaria
Nos encontramos con Kosta y Gergana, la pareja que nos llevó a Trigrad y pasamos un rato en una terraza bromeando sobre el carácter diferente de búlgaros y españoles.
Cuando se van caminamos despacio hasta el Ayuntamiento y el Teatro de la Ópera (seguro que Luis tenia la esperanza de ver programada alguna ópera  pero, por suerte para mí, no fue así) .

En las calles de Plovdiv

Plovdiv. Bulgaria
Plovdiv. Bulgaria
Se celebra la Noche Blanca de los Museos y a partir de las siete de la tarde casi todos se pueden visitar gratis. Vamos en primer lugar al Museo Etnográfico  que se encuentra en una elegante casa antigua de madera, la Casa Kuyumdzhiogh, a la que se accede por un cuidado jardín. En el interior amplios salones revestidos de madera, con altos techos que dibujan formas geométricas y lujosas lámparas. Las salas están dedicadas a las tradiciones búlgaras como son trajes, tejidos, cerámicas, fiestas... Hay mucha gente y pronto nos vamos a visitar otros museos como la Casa Balananov igualmente en madera, con amplio jardín y altos muros que protegen del interior. Allí mismo asistimos a un concierto de jóvenes promesas locales que nos deja gratamente sorprendidos por el nivel de los intérpretes.
Al salir, una senda de velas nos lleva a la iglesia armenia. Nos recibe un falso Khatchar armenio que conmemora el centenario del genocidio.

Museo Etnográfico. Plovdiv. Bulgaria
En otra de las casas vemos la exposición de iconos y  tal como presagiaba la tarde empieza a llover con tal fuerza que en un momento acabamos totalmente calados a pesar de llevar paraguas.

Plovdiv. Bulgaria

Casa del Renaciniento Búlgaro. Plovdiv
Nos refugiamos en un restaurante italiano cerca de la plaza. Terminamos la pizza, la sopa, las verduras, el postre y todo lo terminable y dos horas después, casi a las doce de la noche, sigue lloviendo a mares. Nuestro hotel queda a varios kilómetros del centro y el restaurante parece que va a cerrar, así que salimos a intentar encontrar un taxi y... una hora más tarde llegamos calados y cansados al hotel.

Monasterio Bachkoro. Bulgaria
 A la mañana siguiente lo tomamos con calma. Cogemos la furgoneta que lleva al Monasterio de Bachkovo y en media hora estamos en el pasillo de tiendas de cerámicas, miel e imágenes de santos que marca el acceso.

Iglesia de la Virgen. Monasterio Bachkovo. Bulgaria
El Monasterio de Bachkovo es el segundo más importante del país y tiene una estructura muy parecida al de Rila:  un recinto amurallado,  las celdas de los monjes en galerías abiertas que dan al patio y, en el centro, la iglesia de la Virgen con un iconostasio dorado del s XVII y el milagroso icono de la Virgen (1310) con un marco de plata que besan con devoción los devotos.

 Iglesia S. Nicolas. Monaterio Bachkovo. Bulgaria
Por una puerta estrecha se accede a un patio más pequeño en el que se encuentra la iglesia de San Nicolás (1834) que está cerrada pero podemos ver en el pórtico de la iglesia los frescos pintados por el más famoso pintor de iconos de Bulgaria, Zahari Zograf sobre el Juicio Final.
Entre los dos patios se encuentra el Refectorio en el que se exponen objetos antiguos y pinturas murales (6 lev unos 3 €) pero no entro a verlo, me da rácano, aunque Luis se cuela casualmente.
 Hay bastantes visitantes que llegan con autocares a venerar un icono de la "Virgen María" y los árboles del patio: la manzana del paraíso y el pino chino que al parecer estaban extinguidos pero rebrotaron de unas semillas consideradas fósiles y que por tanto tambien son objeto de admiración.

Manzana del paraiso. Bachkovo. Bulgaria
A unos 500 metros del monasterio se conserva el Osario de dos plantas con pinturas murales. Es un osario original, el más antiguo del país, pero está cerrado y desde fuera no se ve nada.
Osario. Monaterio Bachkovo. Bulgaria
Volvemos con otra furgoneta a Plodvid. Nos deja en la estación de tren y aprovechamos para sacar el billete para el día siguiente a Sofia.

Fortaleza de Plovdiv. Bulgaria
Novios. Plovdiv. Bulgaria

Panorámica de la Fortaleza de Plovdiv. Bulgara
Subimos hasta la colina de Nebet Tepe, donde quedan los restos de  la fortaleza de los Tracios, el primer asentamiento de Plovdiv. Desde allí se ve toda la ciudad; pasamos un buen rato disfrutando de las vistas y de las parejas de novios que se hacen fotos horteras entre las ruinas.

Novios. Plovdiv. Bulgaria
Puerta de la Fortaleza. Plovdiv. Bulgaria
Bajamos despacio, callejeando y admirando las preciosas casas antiguas de la parte histórica, calles empedradas por las que es dificil caminar y que asociamos a la cantidad de gatos cojos que vemos en la ciudad.
Salimos por una de las puertas, seguimos los restos de la muralla y volvemos a entrar por otra.
Nos sorprende  la cantidad de gente que se dirige al Teatro Antiguo (el Anfiteatro) y nos unimos a ellos. Van al concierto del grupo “2 Chelos” que atrae a todo tipo de público y que ha llenado el precioso Teatro romano construido  durante el reinado del emperador Trajano (siglo II), que se usa actualmente como lugar de conciertos. 

Plovdiv es con diferencia la ciudad más bonita de Bulgaria. Nos encantó callejear por el Casco Histórico, encontrarnos con un mercado callejero nocturno, ver la actuación de un grupo de música o dejarnos seducir por la serenidad de los siglos de historia que destilan sus calles.

CERÁMICAS DE PLOVDIV

jueves, 12 de noviembre de 2015

Bulgaria: Melnik y Bansko.


Pirámides de Melnik. Bulgaria
A las 8,30 sale el primer autobús que lleva del Monasterio de Rila a Rila pueblo. El mismo autobús, después de descansar 30 minutos, cambia el cartel y se dirige a Blagoevgrad.
Cuando volvemos a subir al autobús el conductor nos dice en español: Otra vez!. Sorprendidos le preguntamos: Hablas español?. Y nos responde con un escueto: Si!. Viví en Valencia 3 años!. Fin de la conversación. Así son ellos, discretos, callados y sobre todo cerrados, tan cerrados que es difícil que te den más información que la estrictamente necesaria. Será que el carácter búlgaro no es muy propenso a la comunicación, pero la verdad es que muy dicharacheros no son.  A lo largo del viaje no dejé de preguntarme qué hecho en el pasado de Bulgaria ha moldeado un carácter tan prudente. 
De  Blagoevgrad a Sandanski y de allí a Melnik en una perfecta combinación de autobuses sin apenas tiempo de espera.

Melnik. Bulgaria

En Melnik nos alojamos en Chavkova House,  un hotelito pequeño en la plaza (50 lev con desayuno, unos 25 €). Al buscar el DNI me doy cuenta de que se ha quedado en la recepción del hotel del monasterio de Rila. La chica de la recepción, la más amable, comunicativa y profesional que encontramos en todo el país, llama a un sitio y a otro y soluciona el problema confirmando que lo van a enviar a Devín, donde vamos a pasar dos noches. Recomiendo este hotel y les doy las gracias por la profesionalidad de sus trabajadores.
Melnik es la ciudad del vino de Bulgaria, razón suficiente para que Luis la incluya en el viaje y planifique la visita a las bodegas locales para degustar un vino diferente, producido con la uva “Shiroka Melnishka Loza” de origen búlgaro.
Situada a los pies de las montañas Pirin, no lejos de Grecia, es la ciudad más pequeña de Bulgaria con unos 300 habitantes y casi 100 edificios históricos del renacimiento búlgaro que recuerdan el pasado de prosperidad en torno a la producción del vino.
El pueblo perdió la mayoría de la población en la guerra de los Balcanes (1912) cuando los ciudadanos de origen griego huyeron a Grecia al conocer que Melnik formaba parte de Bulgaria.
Casa Pashova. Melnik (Bulgaria)
Como curiosidad me gusto conocer que, en los alrededores de Melnik,  nació Espartaco, el esclavo tracio que se enfrentó al Imperio Romano, y que Kirk Douglas inmortalizó en el cine.
El pueblo resulta agradable desde el primer momento, enmarcado por las sorprendentes formaciones naturales de arenisca que parecen conos o agujas  “picudas”y estrechas que pueden llegar hasta los 100 m, conocidas como las Pirámides de Melnik  y que según los expertos es el resultado de la erosión de la arcilla.
Queremos ir al Monasterio de Rozhen pero al enterarnos de que al día siguiente (8 de septiembre) se celebra la fiesta anual del monasterio, decidimos pasar el día en Melnik y acudir por la mañana a ver las celebraciones que congregan a los vecinos de la zona.
Un conductor ilegal nos ofrece sus servicios conocedor de que no hay servicio de taxi en Melnik. Negociamos con él y quedamos que nos llevaría por la mañana al monasterio y luego a Bansko (90 lev, unos 45 €, es lo que hay o lo tomas o lo dejas).
Pirámides de Melnik (Bulgaria)
Pasamos el día por el pueblo. La calle principal está pavimentada pero el resto son callejones estrechos que suben por la empinada ladera. La mayoría de las casas cuentan en su interior con cuevas en la que conservar el vino. Visitamos la Casa Pashova, un verdadero ejemplo de construcción en torno al vino, con bodega propia en las amplias galerías excavadas en la montaña y la iglesia de Santa Barbara de la que solamente quedan restos.
Por la tarde cuando baja el sol subimos hacia el monte para ver los restos de la fortaleza de la ciudad y las originales pirámides de arenisca que son realmente bonitas con los tonos cálidos del atardecer.
La bodega de los Seis Dedos está a unos 100 metros en vertical la calle principal, Subimos por una empinada senda llena de piedras y... Está cerrada!. Nos quedamos con las ganas de disfrutar de la cata de vinos. Lo compensamos el restaurante de la plaza donde probamos un buen vino blanco afrutado.
Entrada monasterio Rozen. Melnik
Monasterio Rozen. Bulgaria


El 8 de septiembre el monasterio de Rozen se viste de fiesta. Un estrecho portalón en el muro encalado que oculta el monasterio da paso al amplio recinto empedrado: la iglesia de piedra en el centro y alrededor, amplias galerias pintadas en blanco con escaleras, barandillas y balcones en madera oscura. No está mal este armonioso y relajado lugar en el que viven los monjes. 
Monasterio Rozen. Bulgaria
Monasterio Rozen. Bulgaria
 Los altavoces retrasmiten las plegarias. Un continuo trasiego de lugareños entra y sale de la iglesia llevando flores y ofrendas al santo, encendiendo cientos de  velas o venerando con fervor el icono milagrero.

Ofrendas monasterio Rozen. Melnik. Bulgaria
El interior de la iglesia tiene interesantes pinturas que apenas podemos ver por la cantidad de personas que hay siguiendo la ceremonia religiosa. 
Pasamos un buen rato observando el ambiente de dentro y fuera de la iglesia hasta que empieza a llover con fuerza.
Monasterio Rozen. Bulgaria
Abuelitas. Monasterio Rozen. Bulgaria
Mujer búlgara
En la entrada nos espera el taxista ilegal para llevarnos a Bansko. Un viaje de casi 2 horas por una carretera con mucho tráfico y adelantamientos a tres que nos provocan estupor. Por el camino nos cuenta que el Audi en el que vamos es de su jefe, un búlgaro que vive en España, en Valencia, que se dedica a los negocios de paneles solares, pero a nosotros, que tenemos la mente calenturienta, se nos dispara la imaginación y pensamos en otro tipo de negocios.
Nos deja en una calle cerca del centro, le pagamos y se va sin importarle por donde queda el hotel Gardenia que tenemos reservado. De nuevo comprobamos que ellos son así, a lo suyo e indiferentes a los otros.
El hotel Gardenia nos cuesta 45 € con spa y bufet libre en la cena y para ello nos ponen una pulserita tipo parque de atracciones. La realidad no es lo que parece, el spa no está operativo a excepción de la piscina y el bufet libre es un auto servicio cutre con escasa y mala comida. No os dejeis engañar. Ademas les pedimos que llamasen a la estación de autobús para consultar la horarios y luego nos reclamaron 1 leva. Cutres, cutres!

Iglesia de la Santisima Trinidad. Bansko. Bulgaria

En Bansko se encuentra la más famosa estación de esquí de Bulgaria pero como nosotros la visitamos en septiembre apenas hay turistas y resulta un pueblo muy agradable con calles empedradas y casas antiguas.
Visitamos los edificios más representativos del pueblo:  la iglesia de la Santísima Trinidad o Sveta Troitsa, fundada en 1832 por los artesanos locales. Fue la iglesia más grande de Bulgaria hasta la construcción del templo-monumento “Alexander Nevsky” de Sofia. Alberga  pinturas y tallas de madera de la famosa escuela de Bansko  dentro del Renacimiento búlgaro. Me pareció una iglesia preciosa con colores alegres en los que destaca el enorme iconostasio que cubre toda la pared.
En el jardín se encuentra la tumba de Nicola Vaptsarov, un famosos poeta nacional con una truculenta historia pasional.

Iconos de Bansko. Bulgaria
Icono de Bansko. Bulgaria
El Museo de los Iconos de la Escuela de Pintura de Bansko se encuentra en el antiguo convento y tiene obras representativas .  No está mal, pero después de ver los iconos de Sofía este pequeño museo no nos parece gran cosa.
Museo Iconos Bansko. Bulgaria
La casa de Velyanov es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de casa fortificada con tallas exquisitas en techos y pinturas murales del maestro Velyan Ognev. Se construyó en el siglo XVIII y está considerada monumento cultural de importancia nacional. Me gustó mucho visitar está casa que sigue conservando su estructura original.
Casa tradicional Bansko. Bulgaria

El pueblo es pequeño y se visita pronto.
Por la mañana temprano nos vamos a Devín, pero eso ya lo contaremos en otra entrada.
Continuará....