El hombre del tanque |
Preparamos el viaje en pocos días y aunque la concentración de los jóvenes en la Plaza de Tiananmen ocupaba las portadas de los periódicos, consideramos que merecía la pena aprovechar la invitación de Domènec, el amigo de Victor que estaba viviendo en Pekín, y visitar juntos algunas provincias chinas.
Domènec volvía a España después de pasar un año en Pekín, contratado por el gobierno chino con el objetivo de formar directivos en gestión de fábricas textiles. Y la estrategia china dio resultado pues tres décadas después los chinos controlan los textiles del mundo, pero eso es otro asunto.
No llegué a conocer a Domènec. Cuando llegamos a Pekin él y su familia estaban de viaje por Mongolia, en unos días volvían para iniciar juntos el viaje. Los acontecimientos se precipitaron y tuvieron dificultades para volver, así que iniciamos el viaje hacia el sur, hasta Shanghai, para juntarnos en una semana. De nuevo los acontecimientos nos cambiaron los planes. La decisión del gobierno chino de que los tanques entrasen en la Plaza de Tiananmen, nos obligó a salir precipitadamente de China en dirección a Hong Kong, que en aquellos años era colonia del Reino Unido.Estuvimos en la plaza unos días antes de la cruel matanza. Los jóvenes concentrados se nos acercaban a pedirnos autógrafos, muchos de ellos no habían visto nunca un occidental. Eran estudiantes venidos de provincias lejanas en busca de un poco de libertad y su gran desafío era estar allí.