lunes, 12 de junio de 2017

Montenegro. Bahía de Kotor


Fortaleza de San Juan. Kotor. Montenegro
A primera hora de la tarde cogemos en Podgorica el autobús que va a Kotor (7 €). Es práctica habitual en Montenegro pagar al conductor 1€ extra por dejar la maleta en el maletero, (en el viaje a Albania nos cobraron 2 €).
Chimeneas de Montenegro

La carretera asciende hacia Cetinje y podemos disfrutar del paisaje con las montañas  nevadas al fondo. Hay muchos tramos en obras y cada poco tenemos que parar, pero la verdad es que no nos importa, el paisaje compensa. Entre Cetinje y Kotor la ruta desciende hasta la altura del mar y permite ver  una parte del "fiordo" más meridional de Europa, mostrando un paisaje costero que se pierde hasta encontrarse con las montañas nevadas.  Qué bonito!.

Me encanta este país y sus espectaculares paisajes y especialmente este mal llamado fiordo de Kotor. En el fondo nos da igual que el fiordo no lo sea y se trate del cauce hundido de un río; lo que importa es poder disfrutarlo desde arriba, con los pueblos asentados a la orilla del mar: Budva, la isla de Sveti Stefan a la que solo los muy ricos pueden acceder, las amplias playas..


Kotor
Puerta del Mar. Kotor. Montenegro
Muralla de Kotor. Puerta del río. Montenegro
 Llegamos con retraso a Kotor. Desde el primer momento se ve el carácter defensivo de la ciudad oculta/protegida tras una muralla grisácea, a los pies de una colina y frente a un mar en calma en el que se columpian veleros y algún yate.  
Kotor está situada en la parte más recóndita de la bahía. Un espacio muy bien protegido que desde la antigüedad fue refugio para barcos y comerciantes.
Cruzamos la Puerta del Mar y nos encontramos de repente en el corazón del centro histórico , encerrado tras las murallas que vemos ascender  por la ladera de la montaña hasta la cima que domina la Fortaleza de San Juan.

León de San Marcos. República veneciana. Kotor
Dentro de la muralla se mantiene la estructura medieval y no tardamos en encontrar la figura del león de San Marcos, símbolo de la época de dominación de la República de Venecia, que fortificó Kotor para defenderla de los ataques del Imperio Otomano.

Y la película es...?
Todo el entorno natural, cultural e histórico de la Bahía de Kotor está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tenemos reservado el hotel Vardar (75€), seguramente el mejor dentro del centro histórico, La ciudad es muy turística y como tal es bastante cara y abundan  los locales de ocio, los bares y las terrazas con amplias sombrillas que estropean la belleza de los bien conservados edificios. Los vecinos del lugar seguramente hace años que se han ido a vivir fuera de las murallas, dejando este espacio como parque temático para disfrute del turismo de masas del que formamos parte.
Hay un buen número de edificios interesantes y recorrer las calles es muy agradable, aunque a veces tenemos que ir sorteando las obras de rehabilitación de las calles.
Al atardecer paseamos por el puerto, bordeamos la muralla y entramos por la puerta del norte que da al río. Nos vamos a cenar a Tanjga, el sitio más barato de la ciudad según todas las opiniones. En realidad no es un restaurante, se parece más bien a una carnicería con grandes neveras donde se exhiben bandejas de hamburguesas, chuletas, brochetas, etc; hay unas pocas mesas donde nos podemos sentar, beber cerveza y esperar a que nos sirvan lo que hemos pedido, pero la mayoría de los clientes esperan de pie y se llevan la comida a casa.
En el camino encontramos la programación cinematográfica del centro cultural; reconocemos el cartel, nos parece divertido y tenemos dudas. ¿Se entenderá en Montenegro la historia que cuenta "Ocho apellidos vascos"?

Iglesia de San Tryphon. Kotor. Montenegro

En la iglesia de San Tryphon. Kotor. Montenegro
Interior y museo de la iglesia de San Tryphon. Kotor





Abundan las iglesias, la más importante es la Catedral de San Tryphon (Sveti Tripun), patrón de Kotor, del s. XII y  buen ejemplo de arquitectura medieval del Adriático. La visitamos previo pago de 2,5€.  El interior tiene una arquitectura interesantes y un Altar Mayor muy original. Recorremos el sencillo museo y salimos a mirar la plaza desde la terraza que hay entre las dos torres.

Plaza San Lucas. Kotor
Iglesia San Nicolás. Kotor

Las calles estrechas invitan a pasear a perderse y descubrir plazas como la de San Lucas en la que se encuentra la iglesia ortodoxa de San Nicolás con una enorme bandera serbia en la fachada.
Calle Kotor. Montenegro
Murallas de Kotor. Montenegro
Torre del Reloj. Kotor Montenegro
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Fortaleza San Juan. Kotor
Hacia la Fortaleza de San Juan. Kotor. Montenegro
Kotor está protegido por la muralla medieval de unos 4,5 kilómetros de longitud que asciende por la ladera hasta la Fortaleza de San Juan.
Ascendemos por la tarde, con el día fresco después de un fuerte aguacero que ha durado más de dos horas; a lo mejor por eso los encargados de cobrar 3€ en la calle de acceso están ausentes y podemos subir gratis.

Nuestra Sra de la Salud. Kotor. Montenegro
Hacia la Fortaleza de San Juan. Kotor. Montenegro
La mayor parte del camino se hace cómodamente por peldaños que facilitan la subida. Vamos parando cada poco para disfrutar del paisaje y hacer fotos. Primera parada en la sencilla iglesia ortodoxa de Nuestra Señora de la Salud (siglo XVI); parece una ermita en el camino, esta cerrada pero es bonita. En el ascenso se van ampliando las vistas que son cada vez más espectaculares, compensa el pequeño esfuerzo.

La bahía de Kotor, el puerto, la lengua de mar atrapada entre montañas...ese es el paisaje que nos acompaña y nos espera, amplificado, en la cima, en el castillo en ruinas que nos recibe con el rojo estandarte real de Montenegro.

Bahía de Kotor. Montenegro

Bahía de Kotor. Montenegro

Perast 
Perast. Bahía Kotor. Montenegro

Perast. Palacio Bujovic S XVIII. Montenegro
El día amanece lluvioso, demasiado oscuro para ver nada desde la montaña de Lovcen, así que decidimos ir a Perast.  
El autobús (2,5 €) bordea la ladera de la montaña por una estrecha carretera que corre paralela al fiordo dejando ver toda su belleza. Paramos en la carretera, en lo alto del pueblo y desde allí podemos ver parte del fiordo, las torres de las iglesias y, no muy lejos de la costa, las dos famosas islas: San Jorge (Sveti Ðorde), con un monasterio al que no se permite acceder, y la isla artificial llamada Nuestra Señora de la Roca (Gospa od Škrpijela s. XVII) que visitaremos más tarde.
Perast. Montenegro
Perast. Montenegro
Bajamos hasta la orilla del mar sorteando obras de restauración de casas que da una idea del boom turístico que esta viviendo la bahía de Kotor. Perast resulta ser una ciudad minúscula, con un puñado de calles estrechas que corren paralelas al mar y unas bajadas con fuerte pendiente; destaca la esbelta torre de 55 metros de la Iglesia de San Nicolás, que no podemos visitar ya que se celebra una misa y dentro no cabe un alfiler. Aunque quedó para siempre inacabada, esta iglesia es un magnífico ejemplo del estilo veneciano del siglo XVI, además resulta reconocible desde muchos puntos de la bahía.
Hacia la isla de las Rocas. Perast. Montenegro


Isla Nuestra Señora de las Rocas
Isla Nuestra Sra de las Rocas.Perast. Montenegro

Pronto llegamos al embarcadero y sacamos billete para la típica excursión de ida y vuelta a la isla, en unos barquitos que salen y llegan cada pocos minutos. No nos queda claro en qué siglo se comenzó a construir esta isla artificial, fruto de un constante acarreo de rocas y restos de naves que los pescadores locales realizaron hasta poder construir una iglesia para rematar su obra; todavía hoy los habitantes de la bahía son convocados una vez al año, el 22 de julio, para seguir añadiendo piedras al islote. Lo que sí está claro es que la actual iglesia data del siglo XVII, pero parece ser que anteriormente ya hubo otra. 
Isla San Jorge desde la Isla de la Roca. Perast

La isla la ocupa casi al completo la iglesia de San Jorge (1 €). Pagamos un euro para visitarla y ver el sencillo museo con algún que otro cachivache pero con bonitas vistas de Peras y del a isla de San Jorge.

Cuando viene un enorme barco cargado de turistas, les dejamos sitio y volvemos en una de las barcas que permanentemente recorre la estrecha distancia entre Perast y la isla.
Recorremos la calle principal de Perast, que corre paralela a la costa, en la que abundan los edificios más importantes,  pero el trajín de coches que va y viene no facilita el paseo.
Empiezan a caer las primeras gotas y volvemos a Kotor con el tiempo justo de refugiarnos del fuerte chaparrón que continua durante buena parte de la tarde.


jueves, 1 de junio de 2017

Montenegro: Podgorica y Cetinje

Fiesta de la Música. Podgorica
Iniciamos el relato del viaje de Montenegro (en serbio, Crna Gora), un pequeño país que tiene lugares muy especiales como son la Bahía de Kotor o el Parque Nacional de Durmitor, ambos Patrimonio de la Humanidad, verdaderas joyas que merece la pena conocer.
Bahía de Kotor. Montenegro
Cuando Luis propuso viajar a Montenegro, me quedé sorprendida y fui rápidamente a ubicarlo en el mapa. Es un pequeño país de los Balcanes, a orillas del mar Adriático, atravesado por los Alpes Dináricos y con una extensión que podría ser más o menos como las provincias de Zaragoza y Teruel juntas.
Formó parte de la República Federal de Yugoslavia junto con Macedonia, Croacia,  Eslovenia, Serbia y Bosnia-Hercegovina. Con la disolución de Yugoslavia quedó unida a Serbia, hasta que en el año 2006, tras un referéndum, se proclamó su independencia. 


Mural de la coronación del rey Nicolás. Cetinje
Viajamos a Montenegro en la primavera, del 21 de abril al 3 de mayo de 2017. Volamos con Alitalia, vía Roma temerosos por las noticias de una huelga en el sector y de la quiebra de la propia compañía.
Llegamos al mediodía a Podgorica, donde nos recibe un viento frío. Una especie de mafia de grandes turismos acapara a los viajeros que llegan, ofreciendo transporte al centro de la ciudad por 12€ (a la vuelta pagaremos 6€ en un taxi local). La primera noche nos alojamos en el hotel Ramada (70 €) muy cerca de la estación de autobuses.
Mural en Cetinje. Montenegro
Dejamos las cosas y vamos directamente a la estación parta coger el primer autobús que va a Cetinje, la antigua capital y el lugar de residencia oficial del Presidente de Montenegro.
Compramos el billete (3,50 €) y pasamos la hora de espera tomando la primera cerveza Niksicko de Montenegro y comiendo una ensalada cubierta de queso, como las de Bulgaria, aunque no tan buena, y unos cevapi (rollitos de carne) en el restaurante Beli que queda muy cerca. Nos sorprende ver a los clientes fumando, está permitido fumar en bares y restaurantes y recordamos el tufillo ahumado que ya casi tenemos olvidado en España.

Cetinje
Cetinje es junto a Podgorica una de las dos capitales de Montenegro.
Montenegro
La carretera a Cetinje sube mostrando al fondo un amplio valle enmarcado por las enormes montañas nevadas de los Alpes Dináricos.
Montenegro
Llegamos en una hora. Esperaba encontrar una ciudad histórica con torreones y fortalezas de defensa, pero nada de esto encontramos en Cetinje. Ha perdido la mayoría de construcciones medievales, y quedan pocos recuerdos de su pasado turbulento, cuando sufría los ataques del Imperio Otomano. Lo que sigue conservando son los edificios de las embajadas de las grandes potencias como  Francia, Rusia o Gran Bretaña. que a principios del s XX quisieron estar presentes en esta importante área de influencia.
Monasterio de Cetinje.Montenegro
Carteles en Serbio.
Los edificios reconvertidos en usos culturales dejan constancia del rico pasado de Cetinje como capital del reino, referente de poder religioso e importante capital cultural de los Balcanes.

Nos encaminamos directamente al Monasterio, un edificio de piedra gris, en la ladera de la colina.
Visitamos la pequeña iglesia con los preciosos iconos ortodoxos, En el iconostasio todavía quedan los restos del pastel y huevos de las ofrendas de la Pascua.
El museo está cerrado, así que poco más podemos hacer.

Embajada de Francia. Montenegro
Paseamos por las calles del centro. El día está fresco y se ven pocos turistas, nadie en las terrazas montadas en las calles a la espera de mejor tiempo. Calles solitarias en las que destacan los edificios tradicionales, las antiguas embajadas y los murales que recuerdan un pasado glorioso.
Cogemos calor en la cafetería New York, con el ritmo de Mecano como música de fondo.
Cetinje. Montenegro

Cetinje se visita pronto, a media tarde cogemos el bus de vuelta a Podgorica (pagamos al conductor 2,5€, la ida han sido 3,5 € porque en ventanilla se cobra más).


Podgorica

¿Castellers montenegrinos?
No abundan los lugares de interés en Podgorica. Por la noche no es nada especial y con la luz del sol la ciudad no se ve más bonita, sin embargo a mí me resulta agradable. Me gustan los enormes árboles que bordean las amplias avenidas: plataneros, álamos, cedros, tilos....Un decorado de árboles bajo el que es agradable pasear.
Catedral Ortodoxa. Podgorica. Montenegro
Cruzamos la ciudad hasta el barrio de nuevos edificios en el que se encuentra la moderna Catedral Ortodoxa de la Resurrección de Cristo, consagrada en 2013. Por fuera destacan las cúpulas rematadas en cruces doradas. En el interior los preciosos murales de las iglesias ortodoxas. Merece la pena, los murales estan “limpicos”, llenos de colorido con imágenes actuales , (uno de los frescos que decoran su interior ha sido objeto de mucha polémica, ya que representa a Marx, Engels y Tito en el infierno).


Catedral Ortodoxa. Podgorica. Montenegro

Catedral Ortodoxa. Podgorica. Montenegro
Catedral Ortodoxa. Podgorica. Montenegro
Murales. Catedral Ortodoxa. Podgorica.


Caminamos hasta el río Moraca para ver uno de los emblemas de Podgorica, el puente del Milenio.

Puente del Milenio. Podgorica
Al lado del puente se encuentra una peculiar escultura del cantante-poeta ruso  Vladimir Vysotsku enmarcado en un cuadro que mete el paisaje en la obra y según desde donde se mire se ven las montañas nevadas al fondo

Monumento al músico. Podgorica

Volvemos por Stara Varoš, el antiguo barrio turco de sencillas casas en las que abundan las parras y rosales, y sobresalen los sencillos minaretes de las mezquitas antiguas, recuerdo de un pasado rural que da la impresión de que no es muy lejano.



La Torre del Reloj, en la avenida principal la vemos cubierta de andamios, al parecer está en proceso de restauración. 

Se celebra en Podgorica el Día de la Música. Coincidimos con  grupos que recorren las calles tocando ritmos tradicionales que todo el mundo tararea. Mujeres vestidas con el traje regional invitan a los paseantes a comer trozos de bizcocho que llevan en bandejas grandes. Es una fiesta muy alegre y apetece participar en ella.



 El día ha sido muy intenso y despues de dar un paseo por el centro nos vamos a cenar a Pod volat, un restaurante muy conocido en la ciudad que la noche del sábado está muy animado. Contundente comida montenegrina con buen vino del lugar y para rematar un potente mill, pastel tipo baklaba que sabe a gloria.