jueves, 31 de agosto de 2017

Islandia: Tierras altas, Lago Myvtan, Krafla, Askja, Asbyrgi

Caldera de Askja. Islandia
Dejamos Reydarfjördur, pasamos por Egilsstadir y, siguiendo una carretera paralela al río Lagarfljót (hay una por cada orilla) vamos a la cascada Hengifoss.
El día ha salido lluvioso, con esa lluvia fina que casi no se nota pero que cala de verdad. Vamos por  la margen derecha del Lagarfljót, un río que a partir de Egilsstadir se ensancha tanto que se parece más a un lago o pantano. Desde la carretera vamos viendo un frondoso bosque, rara avis en este país; en realidad esta zona es la más arbolada de Islandia gracias a un plan del gobierno para combatir la deforestación plantando árboles que sobrevivan a los rigores del clima.
Cascada Hengifoss. Islandia
Cascada Hengifoss
Llegamos al parquín que lleva a la cascada Hengifoss, una de las más altas de Islandia. Hay bastante gente que no teme a la lluvia y que montaña arriba sigue el sendero marcado, una sencilla ruta de unos 5 km i/v que nosotros terminamos perdidos de barro.
Cascada Litlanesfoss. Islandia
Al poco de iniciar el camino llegamos a Litlanesfoss una cascada pequeña pero muy bonita por las columnas hexagonales de basalto que se ven en sus paredes.
En la cascada Hengifoss. Islandia
Después de una media hora de ascenso se llega al amplio circo con la cascada Hengifoss al fondo. El paisaje es precioso, la montaña forma un semicírculo como protegiendo la cascada, el río serpentea, líneas curvas de color blanco sobre en la intensa hierba verde. La lluvia constante y la bruma ocultan los colores del fondo, una pena!. Seguramente en un día soleado se verá muy diferente y se apreciarán mejor las bonitas franjas de color que separan los estratos de roca, pero con todo el lugar es impresionante.
Se puede subir hasta la cascada pero el suelo está bastante embarrado y decidimos no intentarlo. (otra vez será.. o no).

Tierras altas. Islandia
Tierras altas. Islandia
Laugarfell
Unos kilometros mas alla de la cascada de Hengisfoss dejamos la carretera general para ir dirección a Laugarfell, un alojamiento ubicado en las tierras altas, muy cerca del glaciar Vatnajökull.
Sigue lloviendo, hace frio, el paisaje se ha vuelto árido y tenemos la impresión de penetrar en un territorio extraño.
Laugarfell. Islandia
La carretera asciende y deja ver una meseta desolada, sin más vegetación que la mullida capa de musgo. Descubrimos el páramo islandés en la que apenas se ve vida, el paisaje de las tierras altas hasta el límite con las montañas de nieve y hielo del glaciar Vatnajökull, el mayor de Europa, que ocupa gran parte del territorio de Islandia.
Seguimos las señales hasta un mirador pero la bruma impide ver nada, así que vamos directamente a Laugarfell, el hostel que abre solamente en verano y que se encuentra siguiendo una pista. Al llegar vemos las pozas de aguas naturales en las que se bañan grupos de personas. Están locos! pensamos, con este frio!. Yo no me voy a meter!.
Baño en Laugarfell. Islandia

Ocupamos la estrecha habitación y como el espacio no invitaba a estar mucho rato decidimos armarnos de valor y salir al exterior a meternos en las pozas. Previamente hay que ducharse con agua y jabón y dice el protocolo que lavarse la cabeza, pero a tanto no nos atrevemos.
Las pozas están una a 32 y la otra a 40 grados. Calientes, calientes. Qué delicia!. Qué calorcito! Qué placer!. Allí nos pasamos varias horas de piscina en piscina, disfrutando del paisaje y hablando con una pareja suiza que se quejaban de los altos precios de Islandia.. callaron cuando les dijimos que éramos españoles. Jejeje.

Estas piscinas son muy conocidas y la gente viene expresamente a bañarse pero pocos se quedan alojados, así que a la hora de cenar solamente hay dos mesas ocupadas en el comedor. Cenamos una sopa y un pastel de patata y pescado prefabricado, nada especial al precio de 24 € (precio razonable para Islandia).
Cascadas de Laugarfell. Islandia


Salimos a ver las cascadas cercanas y el declive de un sol que nunca se pone pero  que al atardecer se refleja sobre el nevado monte Snaefell (1833m.) No hay que confundir esta tenebrosa montaña con el Snaefells que describe Julio Verne en su novela "Viaje al centro de la Tierra", y que está en el oeste de Islandia.

Es un paisaje diferente, peculiar, la mirada se extiende sin límite hasta el infinito por extensiones cubiertas por mullidos campos de musgo en los que pastan las ovejas.
A medianoche yo me vuelvo al hostel pero Luis, poseído por el instinto montañero, sigue andando hasta las tres de la mañana, que vuelve agotado. 

Por suerte la mañana amanece soleada y podemos ver el espectacular paisaje. Desde el mirador distinguimos muy bien la masa blanca de los hielos perpetuos del Vatnajökull.

El subsuelo de esta zona esta ocupado por un centro de investigación geotérmica de la que apenas se ven edificios, solamente algunas salidas de aire rematadas por figuras de los animales que pueblan este páramo como son el zorro ártico, el único mamífero autóctono del país, el caballo o el reno.

Tierras altas. Islandia

El lago Myvtan
Vamos por la carretera sin asfaltar del otro lado del río Lagarfljót a enlazar con la circular N1 hasta el lago Myvtan, a unos 170 km.
Hemos reservado habitación en el Fosshotel Myvatn, que lleva solamente 4 días abierto y sigue en obras. El boom del turismo queda plasmado en este enorme hotel dirigido a los grupos. Nos cuesta nada menos que 210€ (con desayuno), el precio más alto que hemos pagado nunca por un alojamiento.

Volcán Krafla: Viti y Leirhnjukur
Volcán de Krafla. Islandia
El volcán Krafla tiene unos 10 km de diámetro y presenta una gran zona de fisuras volcánicas que han dejado un peculiar paisaje de campos de lava, probablemente la mayor que se puede ver en los alrededores del lago Myvtan.

Leirhnjukur. Islandia
Cogemos en desvio de la carretera N1, a 7 kms se encuentra la planta de energía geotérmica con una exposición permanente que se puede visitar, pero queremos aprovechar el día soleado y no entramos.


Precioso el color turquesa del cráter Viti (en islandés víti significa infierno ya que antiguamente se pensaba que el infierno se encontraba bajo los volcanes). Lo vamos bordeando con cuidado, temerosos de que el viento que sopla con fuerza no nos haga tropezar y caer al vacío.
Leirhnjukur. Islandia

No lejos se encuentra Leirhnjukur, una impresionante zona de actividad volcánica que forma parte de la caldera de Krafla, un paisaje de lodos ardiendo, burbujas hirvientes, las tierras ocres, negras, quemadas; fumarolas que despiden un fuerte olor a azufre, fuego y humo que sale de las rocas en un inquietante sendero. Nos adentramos con miedo, sorteando las rocas calientes pero pronto decidimos no desafiar al destino y retirarnos del lugar que erupcionó por última vez 1984.

Uno de los atractivos del lago son las piscinas de aguas sulfurosas pero decidimos no pagar los 40 €  y quedarnos con el recuerdo del viaje anterior. A cambio vamos a cenar a uno de los bares del pueblo, donde no comemos gran cosa y pagamos 22€ cada uno.

La caldera de Askja
A las 8 de la mañana sale el autobús especial preparado con enormes ruedas de montaña que va a la Caldera de Askja (23000 coronas, casi 200€).
Hacia la Caldera de Askja. Islandia
Tenemos un día lluvioso, mala suerte.

Al poco de dejar la carretera general nos adentramos en el paisaje seco y pedregoso del desierto de Ódadahraun, una inmensa colada de lava resquebrajada que hace traquetear el autobús.
Herðubreið, la Reina de las Montañas de Islandia, se ve cada vez más cercana. Es fácilmente reconocible por su forma de tarta cubierta de nata. En el año 2002 se celebró en Islandia unconcurso para elegir la montaña más representativa del país, Herðubreið recibió el honor con el 60% de los votos.

Herðubreið, la Reina de las Montañas y el campo de lava. Islandia
El autobús hace varias paradas, una en el refugio de Fjalla-Eyvindur, el ladrón más conocido de Islandia, un lugar inhóspito en el que se  ocultaban los bandoleros, ladrones de ganado cuya pena era su propia vida, y que malvivían por estas tierras alimentándose de angélica, una mata parecida al hinojo. Hambre y penurias de un pasado no tan lejano.
Cataratas del río Jökulsá. Camino a la caldera de Askja. Islandia

Paramos en las cataratas del río Jökulsá donde parece que el mundo se ha vuelto en blanco y negro.

Río Jökulsá. Camino a la caldera de Askja. Islandia
Vadeamos varios ríos, cruzamos por lugares impactantes, tan extremos que fueron utilizados por la NASA para entrenar a sus astronautas del Programa Apolo o más recientemente para rodar escenas de la famosa serie de Juego de Tronos.
Río Jökulsá. Camino a la caldera de Askja. Islandia

Llegamos a las 12h30 a la base de la montaña, a los cráteres de Vikraborgir. Desde allí tenemos que caminar un rato, unos 45 minutos para llegar a la caldera de Askja. El viento frío sopla con fuerza y resulta difícil caminar por la senda marcada en la nieve. Por suerte al rato se despeja un poco y disfrutamos de un cielo más claro que ilumina el paisaje.
Caldera de Askja. Islandia
Llegamos en primer lugar al cañón Viti con sus aguas sulfurosas de color turquesa en las que es posible bañarse, pero las  lluvias de los últimos días impiden bajar por las resbaladizas paredes, nos quedamos con las ganas. El lago Öskjuvatn de Askja se encuentra al lado.
Hace frío pero vamos bien abrigados y nos sentamos a disfrutar de este lugar tan especial mientras bebemos unas cervezas que Luis ha subido en su mochila, Las saboreamos frente a las montañas nevadas contemplando los bloques azulados de hielo que flotan en el lago. Para quedarse un buen rato, pero al cabo de media hora la mayoría de la gente ya se ha vuelto al autobús y tenemos que salir tras ellos, caminando con dificultad por la nieve y el barro.
Camino a la caldera de Askja. Islandia
Una parada de 30 minutos para comer algo cerca de un cámping y vuelta a Myvtan. Un largo viaje de 12 horas para ver todo a mucha velocidad. Sé que es difícil pero me hubiera gustado pasar mucho más rato disfrutando este espacio tan especial, inconvenientes de las excursiones organizadas; en cualquier caso, para venir aquí por tu cuenta hace falta un buen vehículo 4x4 y algo de experiencia en conducir por estas pistas y, además, vadear ríos caudalosos.
Caldera de Askja. Islandia
Hemos reservado habitación 60 km y salimos hacia allí. Nos alojamos en el hotel Edda, residencia de estudiantes en invierno, alojamiento de turistas en verano. El día a sido largo.

Cascada Godafoss
Cascada de Godafoss. Islandia

De nuevo amanece lluvioso. Nos acercamos a la cascada de Godafoss con la idea de repetir nuestra foto de 2013, imposible, a pesar de la lluvia el lugar está lleno de gente. Parada obligatoria de los autobuses. Con todo es una cascada impresionante.
Cascada de Godafoss. Islandia
Vamos hacia la carretera del norte. Paramos en Husavik, damos una vuelta por el puerto, me sigue pareciendo un pueblo muy bonito.
Seguimos en dirección al cañón de Asbyrgi.

Cañon de Asbyrgi
Asbyrgi es un cañón en forma de herradura gigante que según las sagas tradicionales islandesas se formó por la huella de la pezuña del caballo del dios Odín que pasó por le lugar. Preciosa explicación pero es más realista pensar que este paisaje único en Islandia se deba a la actividad volcánica del lugar.
                      Cañón de Asbyrgi. Islandia.           Foto prestada internet
Dejamos el coche en el parquín. Nos adentramos por el primer sendero que vemos con la suerte de que llegamos hasta Botnstjörn, el pequeño estanque rodeado de vegetación, con miradores en los que se pueden observar las enormes paredes de casi 100 metros que forman la herradura.
Cañón de Asbyrgi. Islandia

El Cañón de Asbyrgi no es grande, tiene una extensión de unos 3,5 Km de largo por 1 Km. de ancho, cerrado por enormes paredes lo que provoca que en su interior se forme un microclima que favorece la supervivencia de árboles de clima frío como el abedul, el sauce y el fresno de montaña.
Vamos recorriendo senderos sin saber muy bien donde terminan, que nos sorprenden y nos llevan a distintos miradores. Un lugar precioso que sorprende.
La carretera que lleva a Dentifoss está llena de baches, se puede viajar con coche normal pero en algunos trozos es bastante infame. No circulan muchos coches. Nos cruzamos con uno que al vernos nos para y pregunta: De donde venís?, a donde lleva esta carretera?. Otros locos perdidos por aquí, debieron pensar.
Cascada Dentifoss. Islandia
Llegamos a Dentifoss, la cascada con el mayor volumen de agua de Europa, mide casi 100 m de ancho y tiene una caída de 45 m lo que provoca un tremendo ruido. ¡Que bien nos vendría una cascada así en Aragón !
Pasamos un rato admirando el derroche de belleza de este lugar y seguimos viaje, Volvemos durante unos 15 km por la carretera (mala) que comunica con la C1. Volvemos a los fiordos del este, a pasar unos días en Borgarfjordur, una ruta que ya contamos en esta entrada: Islandia de nuevo: Fiordos del Este.

viernes, 4 de agosto de 2017

Islandia de nuevo. Los Fiordos del este

Brunavik. Islandia

De nuevo Islandia
Este verano hemos vuelto a Islandia. Un segundo viaje planeado sin grandes desplazamientos, unos días en los fiordos del este, de allí al lago Myvtan para visitar la caldera de Askja y finalmente, desde Reikiavik , otra de las maravilas de Islandia, el mágico paisaje de Landmannalaugar.
Queremos disfrutar del paisaje despacio, sin agobio, dejando tiempo para empaparnos de este país único que tanto nos enamoró en el viaje anterior.

Volamos con Lufthansa al aeropuerto de Keflavik, el vuelo llega pasadas las doce de la noche (aunque es pleno día) y decidimos quedarnos a dormir en el pueblo cercano al aeropuerto. Craso error, ya que a la mañana siguiente no encontramos bus desde el pueblo y tenemos que volver al aeropuerto a esperar el Flybus que sale cuando llegan los vuelos. Total un pastón en taxis.

En Reikiavik vamos directamente al aeropuerto de la ciudad, cercano a la estación de autobuses. Tenemos un vuelo con Air Iceland (nueva compañía aérea para nuestra colección) a Egilsstadir donde recogemos el coche que tenemos reservado. Tenía que ser un Toyota Yaris, el modelo más barato, pero tienen coches de sobra y nos dan un amplio y nuevo Skoda Octavia que funciona de maravilla.

Ventajas de conocer el país. Sabemos que no lejos del aeropuerto de Egilsstadir se encuentra el supermercado Bonus al que vamos a comprar comida para varios días. Los Bonus son los más baratos y con lo caro que encontramos el país no está mal ahorrar un poco. Compramos el rico pan de semillas, queso, salmón y arenque marinado, skyr (el rico yogur islandés) y poco más. Desde España traemos variedades de sopas, jamón serrano, longaniza, frutos secos y unos tomates de la huerta de mi padre que nos saben a gloria, aunque hay que reconocer que los tomates de invernadero de Islandia no están mal.

Seydisfjördur


Seydisfjördur. Islandia
Después de comprar vamos directamente a Seydisfjördur a unos 30 km por la carretera que asciende  dejando atrás Egilsstadir,  la capital del este. Desde un mirador se ve el amplio valle, nudo de comunicación en el que confluyen las carreteras que llevan a los fiordos del este.
La carretera serpentea mostrando en cada giro las montañas nevadas de las que caen cascadas, líneas plateadas que destacan en las verdes laderas, sonido constante de agua que fluye, cae, ruge...
Un paisaje ya conocido que nuevamente nos emociona.
Monumento Borbjörn Arnoddsson. Seyðisfjörður. Islandia
El monumento en memoria de Borbjörn Arnoddsson es parada obligatoria, el perfecto mirador a la orilla del río desde el que observar Seyðisfjörður.
Bajamos por la carretera parando a ver las cascadas de Mulafoss y Gufufoss y empaparnos de la belleza de un lugar que, en mi opinión, es uno de los más bonitos de Islandia.
Seydisfjördur es un pueblo no muy grande con preciosas casas de madera pintadas de colores, jardines decorados con esculturas (es un lugar en el que viven muchos artistas) y un ambiente tranquilo que apenas se ve interrumpido por el ferry que un par de días por semana enlaza Islandia con Dinamarca.
Casa en Seydisfjördur. Islandia
Casa en Seydisfjördur. Islandia

Seydisfjördur. Islandia
Vamos a pasar dos días en el albergue Hafaldan Old Hospital un lugar recomendable, muy bien organizado, aunque por falta de previsión no podemos encontrar habitación privada y tenemos que compartir una de seis plazas (42 € por litera)
Skalanes. Seyðisfjörður

Dejamos las cosas, nos preparamos una sopa instantánea, algo de salmón y salimos a caminar por la reserva natural de Skalanes. Pasamos la fábrica de pescado, cruzamos el puente que hay a unos tres kms del pueblo y aparcamos el coche.



Seguimos la senda que bordea el fiordo, invadido por las vistosas flores amarillas o violetas (lupino) presentes en todos los fiordos del este.
Cada poco nos paramos  a observar todo tipo de animales, los pájaros que están en época de cría y nos atacan pensando que les vamos a robar; patos y gansos que nadan a la orilla y se alejan previsores; parejas de pájaros que revolotean por el camino y como no, las ovejas que pasan el verano en los campos y todo lo pueblan.
Caminamos hasta las 12 de la noche con la luz permanente del verano que retrasa la hora de dormir y convierte los paseos en un lujo.

Mjoifjördur

Mjoifjordur. Islandia
El día amanece lluvioso.  Nos desviamos de la carretera a Reydarfjördur para coger una pista sin asfaltar (buena) que lleva a Mjoifjördur, un pequeño fiordo considerado uno de los más impresionantes de Islandia y realmente lo es.


Cascadas Klifbrekkufossar. Mjoifjördur. Islandia

El paisaje no deja de sorprendernos y cuando de repente nos encontramos con las cascadas Klifbrekkufossar, que caen en el borde de la carretera, nos quedamos sin habla. Ohhh, que bonito!.

Cascadas. Mjoifjordur. Islandia
En Mjóifjörður viven unas 40 personas, la mayoría en Brekkuþorp, el pequeño pueblo a la orilla del fiordo, con sus casitas de madera, la iglesia pintada de blanco dominando el fiordo y algún tractor cosechando la hierba.
La puerta de la iglesia
De vuelta a Seydisfjördur seguimos el consejo del chico italiano de la oficina de turismo, que habla muy bien español y nos vamos a una de las montañas que quedan enfrente. Otra nueva excursión “nocturna” siguiendo el recorrido del río, con cascadas que brillan en las montañas.                                     



Cambiamos de alojamiento pero no nos alejamos mucho, tenemos reservado el Hjá Marlin Hostel de Reydarfjördur, un lugar muy agradable que ya conocemos .
En Egilsstadir paramos a comprar unas cervezas en las tiendas de licores controladas por el gobierno, que abren en un horario muy limitado. Al llegar encontramos un incendio en un restaurante cercano que ha obligado a cerrar la tienda... nos quedamos sin cervezas.
Entre la gente que observa el incendio se encuentra un chico español que trabaja en la reforestación de la zona. Está contratado por el gobierno islandés con categoría de funcionario y nos explica los esfuerzos que hace la admistración para frenar la erosión. Precisamente cerca de Egilsstadir están los mayores bosques del país, todo un logro para un pais en el que apenas se encuentran árboles.

 Fáskrúdsfjördur

Fáskrúdsfjördur. Islandia

Fáskrúdsfjördur. Islandia
Fáskrúdsfjördur. Islandia


Al llegar dejamos de lado Reydarfjördur y nos vamos por el largo túnel de 6 km hasta Fáskrúdsfjördur, el pueblo francés de los fiordos del este en el que, de finales del siglo XIX hasta mediados del XX, se asentó una importante comunidad de pescadores franceses y belgas. Todavía hoy se encuentra presente este pasado en los nombres franceses de las calles y en los edificios restaurados como el hospital francés, convertido en hotel, la casa del médico que es un museo, la capilla....En el pueblo también son abundantes las esculturas y placas que recuerdan este pasado.
Volvemos por la carretera que bordea el fiordo, desde la que se ve una amplia vista de Fjarðabyggð, el municipio más grande de Reydarfjördur y la importante fundición de aluminio ubicada a las afueras del pueblo.


Reydarfjördur

Reydarfjördur. Islandia
Volvemos a nuestro alojamiento, una casita con aire hogareño, amplia, limpia y acogedora, un lugar muy agradable que ya conocemos del viaje anterior. No hay nadie pero una nota indica que llames al teléfono fijo gratuito para avisar de tu llegada. Nos dicen que abren el registro a las 5 de la tarde pero que podemos descansar en la casa, que está abierta y solitaria. Qué agradable sensación de confianza se vive en este país. Nos preparamos un te y descansamos viendo desde el saloncito cómo cae la lluvia.

Cuando despeja salimos a la orilla del fiordo a sentarnos en unas mesitas frente al mar. Un grupo de pescadores bromea y “rivaliza” con las capturas, beben cervezas y a Luis se le enciende la luz, sale a la búsqueda de la tienda de licores y al rato vuelve con unas cervezas que tomamos frente al mar. Es tan difícil encontrar gente en los pueblos que nos resulta agradable sentir que el pueblo está vivo y no es sólo un precioso decorado sin vida en el interior.
Eskifjörður. Islandia

Nos registramos, preparamos una rica sopa y después de cenar nos vamos a Eskifjörður un pueblo pesquero que queda a unos 15 km. Antes de llegar paramos en Holmanes, un mirador con acceso a las rocas en las que anidan diferentes tipos de aves. El lugar es bonito pero el fuerte viento no resulta agradable y aguantamos poco.
No hay gran cosa que ver o hacer en Eskifjörður, una calle principal paralela al fiordo, un gran edificio de madera que alberga un museo del mar, las montañas nevadas protegiendo el pueblo, prados en los que pastan ovejas y poco más, un modelo de pueblo que se repite en todos los fiordos del este, con cascada cercana incluida. Nos acercamos a verla y como no es fácil seguir el sendero decidimos volver a disfrutar de nuestra preciosa casita en  Reydarfjördur.
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Seguimos viaje a Laugarfell, la cascada Hengifoss, el lago Myvtan,  la caldera de Askja, el cañón de Asbyrgi... (trayecto que contaremos en otra entrada)
para volver días después de nuevo a los fiordos, en esta ocasión a Borgarfjörður eystri
 

Borgarfjörður eystri
Medianoche en Borgarfjörður eystri. Islandía
Nos desviamos de la Hringvegur o carretera N1 para atajar por solitarias carreteras comarcales que llevan al fiordo más al norte, a Borgarfjörður eystri, un lugar fantástico en el que apenas viven un centenar de personas.

Borgarfjörður eystri es el hogar de la Reina de los Elfos islandeses, que vive en la colina "Álfaborg" donde reside con su corte en el "Elves'Castle". La tradición de trasgos y elfos sigue muy presente en estas tierras.

Blabjorg Hostel, Borgarfjörður eystri. Islandía
Vamos a pasar dos días en Borgarfjörður ya que es un buen lugar para hacer excursiones. Nos alojamos en una antigua fabrica de pescado “Blabjorg hostel” (126€ con desayuno) un precioso lugar de gestión municipal, un proyecto de desarrollo sostenible que favorece el empleo en la zona. El lugar es muy agradable, la cocina amplia y muy limpia y el desayuno muy bueno con productos locales .

Puerto Borgarfjörður eystri. Islandía
Cenamos acompañados de un chico sevillano que encontramos en el hostel y salimos a pasear por las calles solitarias. Llegamos hasta la fabrica de pescado, en el exterior las cabezas de pescado se secan a la espera de ser vendidas a Nigeria para hacer su apreciada sopa.
 Por la mañana nos vamos directamente al puerto pesquero, situado a unos cinco kms del pueblo. En Hafnarhólmi se pueden ver de cerca las aves en su época de cría, hasta veinte clases de aves anidan en sus rocas, aunque los más abundantes son las gaviotas (diferentes tipos) y los preciosos frailecillos.
Entre 2 y 3 millones de parejas de frailecillos pasan los veranos en Islandia. Son aves que viven unos 25 años y conservan la misma pareja con la que se instalan en sus nidos en mayo para criar a sus pollos. Al parecer, esta gran cantidad de pájaros se ponen de acuerdo para partir de nuevo hacia alta mar todos el mismo día: el 15 de agosto. Curiosos estos frailecillos!.

Pesca del día. Frailecillo. Islandia
Frailecillo. Islandia
Gaviota tridáctila Islandia
Pasamos un buen rato observándolos y después nos vamos andando hasta la Bahía de Brunavik, una excursión que se inicia muy cerca del puerto. Seguimos las señales amarillas en una ascensión fácil. No bajamos hasta la playa para ahorrarnos algo de camino, pero desde el collado la bahía se ve muy bonita.

En Blabjorg Hostel, Borgarfjörður eystri. Islandía
Cuando volvemos nos vamos directamente al spa que hay en el hostel a la orilla del mar, un lujo.

Pico Rjupnafell. Islandia
Nuestro último día con coche, ya que tenemos que devolverlo en Egilsstadir a las cuatro de la tarde.
Aprovechamos la mañana (lluviosa y fría) para hacer la ruta de Vatnskatsdsvegur. Ascendemos por un gran valle siguiendo las señales amarillas que guían el camino, con la vista puesta en el pico Rjupnafell. Vamos despacio parando a disfrutar del precioso paisaje. Cuando termina la ascensión asomamos a otro valle en el que se distingue bien el lago color turquesa de Storurd. Qué bonito!. Qué ganas de seguir un buen rato más y pasar todo el día por estas montañas, pero no es posible, tenemos poco tiempo.
Nos volvemos con pena y de nuevo sentimos que este país tiene lugares espectaculares que nos emocionan.
Llegamos a Egilsstadir, devolvemos el coche en el aeropuerto dejando las llaves en un buzón y esperamos unas horas para coger el avión a Reikiavik.