domingo, 21 de abril de 2013

Benasque: el valle de Estós

                                              
Como ya conté hace un par de meses, me gusta subir en invierno a los Pirineos. Se está mucho más tranquilo que en verano, y esa soledad me permite disfrutar mejor de los magníficos paisajes nevados. Esta temporada me he despedido del ambiente invernal escogiendo una ruta fácil pero espectacular: la subida al Refugio de Estós.



La ruta comienza en Benasque, uno de los grandes centros invernales de Aragón, repleto de alojamientos, restaurantes, tiendas de material, etc... y que de repente se ha quedado casi desierto al clausurarse la temporada de esquí en la vecina estación de Cerler. Aunque desfigurado su plan urbano por las exigencias de un turismo masivo, se nota que Benasque ya era en el pasado algo más que una aldea de montaña; en su compacto nucleo histórico se conservan edificios notables como la fortificada Casa Juste o el Ayuntamiento. Además, los alrededores de Benasque se prestan a cortos paseos con magníficas vistas. Sólo por eso ya vale la pena arrostrar los peligros del Congosto de Ventamillo, unos 20 kms de horribles curvas que preceden a la entrada al Valle xD.

Cabaña del Tormo

Claro que el Valle de Estós tiene una gran ventaja añadida para los que carecemos de coche propio: desde Benasque se llega fácilmente a pie, apenas hay 4 kms hasta la entrada del valle, profusamente anunciada con carteles y balizas. Una vez salimos de la carretera el inicio del recorrido puede ser conflictivo en invierno; las avalanchas de nieve y piedras son seguras en la estrecha cola del embalse que recoge las aguas del río Estós y a veces esas avalanchas son tan grandes que nivelan las dos orillas por encima del camino.

Pero una vez salvado este obstáculo el valle se ensancha, el camino es abierto y con desniveles muy llevaderos. Las vistas son cada vez más impresionantes, no sólo sobre las "tucas" de 2000 y 3000 metros del propio valle sino que pronto alcanzan también al macizo de los Montes Malditos, compañeros del poderoso Aneto.
Cabaña de Santa Ana

 Así que he saboreado esta subida sin prisas, confiando en pasar la noche en el Refugio de la FAM que me aguardaba a menos de 1900 m. de altitud y 9 kms lineales de cómodo perfil. El único obstáculo es la gruesa capa de nieve, que bajo el fuerte sol de mediodía se vuelve inestable y ralentiza mucho el paso. Pero teniendo todo el día para llegar ¿a quién le preocupa?

Finalmente, el Refugio de Estós es una sólida construcción que se conserva en muy buen estado y disfruta de una situación ideal, con vistas privilegiadas sobre el valle y también frente a las afiladas Agujas de Perramó. Poco frecuentado durante toda la estación invernal, el refugio ofrece a los montañeros un lujo poco habitual: su soleada y amplia terraza.
 

Refugio de Estós

Refugio de Estós

1 comentario:

Vieja Mochila dijo...

Bonito valle el que has recorrido