martes, 22 de julio de 2014

Los Himba de Namibia

Mujer himba

 Tras varios días viajando por un paisaje seco y árido llegamos a las Cataratas Epupa, en el río Kunene, entre Namibia y Angola. Un derroche de agua que pasa indiferente por el seco paisaje del Kaokoland /Kunene en el norte de Namibia.

Cataratas Epupa en el río Kunene
En Kunene viven los Himba, un pueblo ganadero, seminómada que fue desplazado a esta región en la que sobreviven en unas condiciones dificiles,  sin posibilidades de cultivo agrícola y escasas infraestructuras. Actualmente el gobierno de Namibia proyecta la construcción de la presa Epupa y de nuevo se ve amenazado su estilo de vida.



Joven himba
Diseño en cuero
En Namibia viven unos 15.000 himbas, la mayoría en el entorno del río Kunene, al norte del país. Conservan su forma de vida tradicional agrupados en pequeños poblados de varias cabañas.
Visitamos uno de ellos previa negociación con el jefe del poblado. Llevábamos varios sacos con comida, harina, sal... y antes de acceder al recinto esperamos a que el jefe nos diera permiso.
Entramos en el poblado protegido por un vallado circular de ramas espinosas en cuyo interior se colocan las casas; los graneros y los animales ocupan la parte central.
 Nos acompaña un himba que habla inglés y nos va explicando la forma de vida, costumbres y la estructura del poblado. Nos señala el fuego sagrado y marca una línea invisible que va hasta la casa del jefe. Es el espacio más importante para los himba y ningún extraño puede cruzarlo.  Nos pide que seamos muy respetuosos en este lugar, pero nos invita a pasear libremente por el resto del poblado.


Poblado himba
En ese momento en el poblado predominan las mujeres y los niños, los hombres se encuentran fuera pastoreando el ganado. Hay grupos de chiquillos correteando y niñas con el pelo recogido con dos coletas que les van hacia la cara. Los chicos adolescentes, no casados, llevan el pelo recogido en una coleta que suben hacia arriba y protegen con un casquete.
Las mujeres himba llevan el pelo con elaborados y llamativos peinados que cubren, dejando las puntas sueltas, con la misma masa parecida al barro, con la que cubren todo su cuerpo .



Niña himba
Para protegerse del intenso sol untan su cuerpo con una mezcla de ocre, manteca y hierbas, que les da una piel rojiza, brillante y con un agradable aroma perfumado. Que bien huelen las mujeres himba!.
Sonrisas
Sus escasas ropas están hechas de cuero, llevan una especie de falda que les da elegancia al andar ya que el cuero se moldea para crear formas originales, se adornan con gran cantidad de collares que les caen por el pecho  y en brazos y piernas se colocan brazaletes y tobilleras también de cuero.
El día es caluroso. Entramos a una de las chozas y dentro se está fresco.Las cabañas son sencillas construcciones de palos, barro y excremento de los animales de tamaño reducido. Nos sentamos en el suelo sobre unas sencillas esterillas. En las paredes cuelgan las pertenencias, a un lado las del  hombre y en otro las de la mujer, todas en cuero. Nos enseñan la masa pastosa con la que cubren su cuerpo y nos invitan a ponernos en el cuerpo. Huele bien y al instante mi mano se tiñe de un rojizo brillante. Las mujeres tiene una piel bonita, hidratada y muy limpia y eso que no suelen utilizar el agua para su higiene personal, sin embargo en un espacio tan polvoriento y árido ellas lucen muy guapas cubierta con esta mezcla que les mantiene limpias y protegidas del sol y los mosquitos.


Laura y Ainhoa aceptan el ofrecimiento y tiñen todo su cuerpo. Se visten con faldas, collares y tocados que las mujeres les van prestando. Salen de la cabaña convertidas en unas “himbas blancas”. Causa sorpresa su transformación y es divertido verlas compartiendo risas con las mujeres del lugar. En el fondo no somos tan diferentes. El grupo se anima y se improvisan canciones y bailes, compartiendo un rato divertido.

Himbas

Desde hace unos años los turistas que viajan por la zona visitan algún poblado himba lo que ha contribuido a que se conozcan las costumbres de este pueblo que ha permanecido aislado durante años. Un intercambio cultural que por un lado trae riqueza a la zona, pero por otro aporta nuevo elementos no tan positivos que alteran su forma de vida. Son las dos caras del turismo. Un tema complicado en un mundo donde cada vez es más difícil mantenerse aislado e inalterable a los cambios globales.



Otras entradas de la ruta por África del Sur:
Etapa 1: Un viaje por África del Sur
Etapa 2: Desierto de Namib.Un viaje por África del Sur
Etapa 3 Costa Esqueletos. Namibia 
Etapa 4: Los Himba de Namibia 
Etapa 5: Por el Delta del Okavango  
Etapa 6: Parque Naciona de Etosha. Namibia
Etapa 7: Parque Nacional de Chobe. Botsuana
Etapa 8: Cataratas Victoria en Zimbabue

Desierto de Namib. Un viaje por África del Sur

Articulo original en: http://viajararatos.blogspot.com.es/
Etiquetas de cerveza: África del Sur

1 comentario:

Libreta Viajera dijo...

Vaya experiencia chicos. Visitar un poblado así tiene que ser algo que recordareis para siempre.
El tema del turismo es delicado, ya lo hemos hablado muchas veces y daría para horas y horas de debate.
Felicidades por el viaje