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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Por los senderos de Bearn, Gourette 2/2


Valle del Aspe. Pirineos franceses

 Ver entrada anterior: Por los senderos del Bearn. Pau 1/2
 
La mañana del domingo disfrutamos de un tranquilo desayuno en el hotel de Pau y un paseo refrescante por la pequeña ciudad aún dormida. Antes de sacar el coche del garaje preguntamos por el camino de salida, que la cosa está algo complicada.
Las ovejas del valle de Ossau. Francia
Nos desviamos en Gan por la ruta que lleva al Valle de Aspe, a través de bosques y tierras de cultivo.
En Laruns suele haber siempre un mercado o feria los domingos; con dificultad encontramos un hueco para aparcar y nos acercamos a la plaza. En efecto, hay un encuentro de empresas locales que muestran sus productos y servicios, con degustación gratuita de vinos. Como no tenemos prisa nos quedamos también a comer algo en el sencillo restaurante L'Union.

Nada más salir de Laruns la carretera D918 asciende rápidamente para ir al encuentro del mítico Col d'Aubisque, habitual en las pruebas ciclistas. Dentro de un mes la Vuelta a España pasará por aquí. Pero nosotros no llegamos a lo alto del puerto; tras salirnos del camino en el balneario de Eaux-Bonnes por la mala señalización seguimos subiendo empinadas cuestas hasta la estación de esquí alpino de Gourette.
Laruns. Valle del Aspe. Francia
No habíamos estado antes aquí y la verdad es que el sitio nos impacta... Por lo rematadamente feo que es. Ninguna de las estaciones del Pirineo oscense llega al grado de desastre urbanístico que se ve aquí; cada casa es de un estilo y altura diferente a los demás y todas parecen entremezcladas sin orden ni concierto. Más tarde nos contarán que, cuando se montó la estación de esquí en los años 70, la commune des Eaux-Bonnes autorizó las construcciones pero sin ceder la propiedad del suelo, por lo que no se pueden levantar muros ni vallados.
Los montes de Gourette. Pirineos franceses
Aquí nos quedaremos esta noche, ya que hemos reservado alojamiento en el Chalet de L'Amoulat. Este también es un edificio anterior a la II Guerra  Mundial; las habitaciones son pequeñas y muy sencillas, revestidas de madera al estilo de los refugios alpinos.
Valle Ossau. Francia
Su propietaria es la simpática y emprendedora Brigitte Caillaud.

Poco podemos hacer en las horas de luz que nos restan. Hay un telesilla que en invierno sube hasta la cota de casi 2000 metros del "Secteur Cotch", pero en la oficina de turismo comprobamos que en el verano no funciona. Sólo está en servicio el telecabina de Bezou, que salva un desnivel de apenas 200 metros hasta un área de juegos infantiles, donde también alquilan bicicletas de montaña y cosas así. Como esto no nos interesa, nos conformamos con dar un paseo por el sendero que sube por el sur para alcanzar las alturas. Al bajar vemos claramente cómo desde el núcleo urbano de Gourette no se ve nada en absoluto, así que nos sentamos a contemplar el atardecer en la terraza del bar-restaurante Le Grand Blanc, justo al lado de la estación de telecabina. Desde aquí se ve muy bien el circo de montañas que encierran a Gourette, con el Pic de Ger y la Pène Blanque como cimas más altas. Saboreamos un kir (aperitivo de vino blanco con crema de cassis) y, cuando ya está oscureciendo, nos entra hambre y decidimos quedarnos a comer algo. Naturalmente pedimos nuestra especialidad favorita del recetario bearnés: la garbure aux manchons de canard.

Hacia el Lac d' Anglás. Francia
La mañana del lunes hemos recuperado fuerzas y nos decidimos a hacer la excursión típica del verano en Gourette: la subida al Lac d'Anglas, a 2068 metros de altitud. No estamos seguros de que las fuerzas nos den para tanto, pero vamos tranquilos porque hemos salido muy temprano. Se comienza subiendo a través del bonito Bois de Saxe; más allá ya no hay sombras que nos protejan, pero no pasaremos calor en todo el día, por suerte el cielo se va nublando a medida que pasan las horas. El sendero asciende paralelo a un valle de magníficos pastos; vamos despacio y nos adelantan los excursionistas que han salido más tarde, pero no nos inquietamos, al pasar frente a las paredes rocosas de la Pène Sarrière ya sabemos que llegaremos al lago, nos queda menos de una hora de marcha.
Hacia el Lac d' Anglás. Francia
 Y ya lo creo que llegamos... sin resuello, claro! Pero ha valido la pena, el lago es precioso, grande (más de 2Ha) y con la luz que todavía cae a plomo se refleja en él la cima del Pic d'Anglas, adornada con restos de nieve. En la orilla opuesta se alzan las ruinas de una mina de hierro, que estuvo en explotación hasta bien entrado el siglo XX.

En el Lac d'Anglas. Francia
En poco rato el cielo se nubla del todo e incluso amenaza lluvia. Pero para cuando llegamos de vuelta a Gourette ya está casi despejado otra vez. Nos ponemos en ruta enseguida, pero hacemos una parada en la plaza de Eaux-Bonnes para coger agua de la fuente y comernos los bocadillos que nos han sobrado. Este pequeño pueblo entró en decadencia a la vez que su enorme balneario, hace muchas décadas. Por suerte las termas se han reconvertido y siguen abiertas, aunque la mayoría de turistas vienen atraídos más bien por los deportes de verano e invierno. Su plaza central es inmensa, seguramente hace un siglo fue escenario de los paseos de gentes muy elegantes; en la actualidad tiene menos "glamour" pero eso no significa que no tenga vida. Mientras permanecemos descansando en un banco empiezan a concentrarse personas de todas las edades; en cuanto un grupo se completa, aparecen las bolas y en un momento toda la plaza está jugando a la petanca, lo cual no nos sorprendería en absoluto si no fuera porque el terreno presenta un desnivel más que notable.

Sol y sombra
Y ya se nos ha acabado el viaje, sólo nos queda un largo trayecto de vuelta a través del Col du Pourtalet, esperando no pillar muchos atascos de final de Puente.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Por los senderos de Bearn: Pau. Francia 1/2

Castillo de Pau
El pasado puente de agosto hicimos una escapada al otro lado de los Pirineos. Llevábamos tiempo sin ir a esta región que tanto nos gusta... Y además no encontramos alojamiento para esos días en el Pirineo de Huesca xD
Salimos el sábado sin prisas, la carretera desde Zaragoza al túnel del Somport se recorre rápido. Los problemas comienzan en el lado francés: estrechamientos, curvas peligrosas... La mayoría de los pueblos ya se rodean por una variante, en cambio atravesar la ciudad de Oloron es una tortura; rotondas y más rotondas que ni siquiera evitan cruzar el centro. Y nada más volver a la parte "rápida" del trayecto nos cae una multa por un ligerísimo exceso de velocidad.

Hotel Continental. Pau
Saludos!
Pau es un ejemplo acabado de ciudad provinciana francesa, cargada de Historia y con problemas para adaptarse a la modernidad. La antigua capital del reino de Navarra nos recibe con obras en su entrada principal que nos obligan a dar un gran rodeo. El pequeño centro histórico es peatonal, por suerte no tardamos en encontrar el parking del hotel. Nos alojamos en el veterano Hotel Continental, ahora gestionado bajo la marca Best Western. Es uno de esos magníficos inmuebles del periodo de entreguerras, que se alzaban como trasatlánticos urbanos en los cruces de los bulevares. Por dentro sigue siendo un poco rancio, los tabiques y suelos parecen de cartón y se escucha todo en todas partes. Con todo nos parece un buen hotel, las habitaciones son amplias y disponen de todo lo necesario, hasta máquina de café.

Pau (Francia)
Pau (Francia)
Hace muchos años, cuando emprendía largos viajes en autostop a través de Europa, con frecuencia mi primera etapa era Pau. Me gustaba la ciudad con sus bonitas plazas y sus parques; muchas veces me sentaba a pasar el tiempo contemplando su famoso Castillo, pero hasta ahora nunca había entrado a visitarlo.
  El Château de Pau es un precioso edificio construido en estilos gótico y renacentista, que vio nacer entre sus muros al rey Enrique IV de Navarra, que se convertiría en rey de Francia tras las guerras de religión que asolaron el país en el siglo XVI. A este rey, tan decidido en la guerra como vividor en tiempo de paz (por algo le apodaban "le Vert Galant") se le ponía como ejemplo de todas las virtudes caballerescas y durante siglos los reyes y nobles franceses lo tomaron por modelo. Seguramente por esta razón el castillo fue salvado del abandono y la ruina en el siglo XIX, cuando el rey Luis Felipe de Orléans se impuso la misión de rehabilitarlo. Su remodelación sería completada por el emperador Napoléon III, quien se alojó en el Château varias veces y  lo dejó en condiciones para más tarde ser convertido en lo que es hoy: uno de los pocos Museos Nacionales de Francia.
Jardines del Castillo de Pau.

Castillo de Pau

A primera hora de la tarde por fin me saco la espina y entramos al Castillo. La entrada para adultos cuesta 7€ y antes de llegar a ventanilla ya registran los bolsos a fondo, hay una cierta psicosis por los últimos atentados. Cada 15 minutos un guía se presenta   en la puerta e introduce al grupo para un recorrido de 1 hora, que comienza por las cocinas y va subiendo hasta las plantas nobles.

Caparazón de tortuga  para el rey 
Aunque no consigo entender todo lo que dice, está claro que el discurso del guía se dirige a las típicas familias francesas, explotando la parte del folklore patrio relacionada con la Historia; hace chistes con el poder, los reyes, la guillotina, vuelve a menudo sobre la figura de Enrique IV y se asegura de que todos conocen la anécdota primordial: la primera cuna del rey recièn nacido habría sido, supuestamente, un caparazón de tortuga.
Senderos del Rey Pau
Tras el baño de cultura deambulamos por otros lugares emblemáticos de Pau; recorremos el Boulevard des Pyrénées y bajamos en el pequeño funicular gratuito que lleva a un bosquecillo de palmeras. Casi toda la ladera de la colina en la que se asienta la ciudad está ocupada por un conjunto de jardines que llevan el pomposo nombre de "Les Sentiers du Roi".
 Degustación en Les Pipelettes


Aquí se cena pronto incluso los sábados. Hemos reservado en el restaurante "Les pipelettes", del que se está hablando mucho en prensa y redes sociales; la joven chef Laetitia Sarthou ha montado este sencillo local para descolgarse con su interpretación radical del concepto "cocina de mercado": una fórmula de 5 platos que cambian todos los días, elaborados con los productos que cada mañana escoge en el mercado central de la ciudad. Por fuerza un menú tan aventurado tiene que ser "ecléctico", no nos sorprende encontrarnos con platos tales como un empalagoso gazpacho de melón con semillas de anís o una merluza cocinada con remolacha y chorizo. En conjunto, la cocina de Laetitia no nos parece excepcionalmente buena, pero tiene su gracia; por supuesto aprovechamos para regarla con un jurançon sec, nuestro vino preferido en esta parte de Francia.
Proyección nocturna en el Castillo de Pau
Ya de noche, regresamos al Castillo para ver un espectáculo gratuito que la municipalidad está ofreciendo a diario durante el verano. Se trata de una proyección de imagen y sonido en los muros del patio, narrando con detalle la historia del edificio, del rey Enrique IV y la vida de la época en que le tocó vivir, sin omitir la barbarie de las guerras de religión. El montaje está muy bien hecho y resulta entretenido; sólo dura 15 minutos y se repite varias veces durante un par de horas, a fin de que todos los que quieran puedan entrar.