domingo, 4 de marzo de 2012

Uzbekistán. Khiva o Jiva (6)


Minarete inacabado, simbolo de Khiva
A las 7 de la mañana un viejo avión ruso (TU-154 para los que sabéis de aviones) incómodo y destartalado nos lleva de Tashkent a Urgench. En una hora ya están las maletas tiradas en una esquina del aeropuerto de Urgench, en un revoltijo amontonado, al aire libre, en el que cada uno intenta coger la suya.
Desde las rejas los taxistas nos llaman para ofrecernos sus servicios, hay que darse prisa e intentar captar clientes. Los extranjeros somos los más solicitados, un taxista se ofrece a llevarnos a Khiva por 10000 som, como dudamos intenta convencer a unas chicas checas por 8000 som, al final compartimos taxi a 8000 som y el taxista hace como que se mosquea.
Puerta del Oeste de Khiva
Khiva, ubicada en un antiguo oasis en medio del desierto, era una etapa obligada de las caravanas de la Ruta de la Seda que se dirigian a Irán. En el s XIX Khiva era un importante centro del comercio de esclavos y el lugar lo habitaban bravos comerciantes que se adentraban en un desierto plagado de bandidos. El recinto amurallado Ichan Kala alberga un interior de calles adoquinadas y  mas de 50 magníficos monumentos históricos, además de 250 casas antiguas de estilo islámico, construidas entre los siglos XVII y XIX; todo ello rodeado por murallas de tierra apisonada, formando un conjunto en el que parece que el tiempo se ha detenido.
Murallas
 Nos alojamos en una de esas casas antiguas de Ichan Kala, no muy lejos de la puerta del Oeste, donde se concentran la mayor parte de los edificios emblemáticos. Traspasar esta puerta es entrar en un mundo de sensaciones, toda la ciudad es un museo espectacular de edificios de color arena y fachadas cubiertas de ceramicas que brillan al sol.
Los visitantes llenan la ciudad desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, en su mayoría son uzbecos, parejas de novios y acompañantes que vienen a hacerse fotos de boda, familias en la fiesta de circuncisión del niño, grupos de gentes que pasean por la calle central entre los chiringuitos de ropa y de recuerdos de viaje que hay colocados en la puerta de los impresionantes edificios.
Vendedores pasando el tiempo
Son muchos los edificios que se pueden visistar en Khiva, solamente citamos una pequeña selección de los mas impactantes, pero la ciudad merece una visita de varios días para disfrutar del encanto de sus rincones.
En la calle principal destaca el “minarete inacabado” - Kalta Minor- , símbolo de Khiva, un impresionante minarete de enormes proporciones  completamente cubierto de azulejos brillantes de color turquesa y verde. Su construcción se atribuye al gobernante Muhammad Amin Khan , que pretendia construir el minarete mas alto del mundo, pero su asesinato en 1855 lo dejó incompleto. La altura actual es un tercio de la prevista.
Mesquita de Juma
Mezquita de Juma (Mezquita del Viernes) pasa desapercibida,  no se distingue facilmente la estrecha puerta labrada que hay en la calle principal y que nos introduce directamente en el patio de 218 columnas de madera tallada. Estas columnas presentan adornos de un estilo particular que sólo se encuentra aquí y que se conoce como “talla Khorezm”. Se puede acceder a la Torre (47 m) por una estrecha y oscura escalera de caracol. En la subida vamos tropezando con parejas que aprovechan la oscuridad para sus arrumacos y se sienten cohibidos por nuestra presencia. Desde arriba se ven los límites de la ciudad amurallada, de un uniforme color crema y rompiendo esta uniformidad las brillantes e imponentes fachadas de azulejos verdosos que aparecen aquí y allá.
Palacio Tash Khovli

Detalle Palacio Tash Khovli
Palacio de Tash Khovli en el que vivían  parientes de los gobernadores. Un enorme portón da acceso al gran patio rectangular del palacio, al que asoman los miradores del piso superior. Cerca de la puerta se encuentra un escenario sostenido por columnas de madera y recubierto de cerámica, seguramente el lugar de entretenimiento de los nobles. Y allí mismo un puesto de venta de calcetines y pasminas de la India rompen la solemnidad del lugar. Unas escaleras suben hasta un corredor abierto al patio con pequeñas puertas que dan acceso a las habitaciones. El palacio está decorado con techos de madera policromada y paredes forradas de cerámicas que podemos ver de cerca, tocar y disfrutar, filigranas de cerámicas que se repiten y en las que nos embobamos, perdiendonos en los mil detalles que nos llevan a disfrutar uno de los interiores mas impresionantes de Khiva.
Boda en Khiva
Al lado de la puerta del Oeste la Ciudadela Kunya Ark , lugar de residencia de los khanes, iniciada en 1686 por Arang Khan.  La Ciudadela albergaba un arsenal, una fábrica de pólvora, varios edificios oficiales, almacenes, cocinas, casetas de vigilancia, un establo y un área de desfiles, aunque actualmente solamente queda un salón de recepciones oficiales, una mezquita  y un harén. Pero lo más destacable del lugar es la impresionante vista del conjunto de la ciudad.

Panorámica desde minarete de la Mezquita Juma

Y por la noche el recinto amurallado de Ichan Kala  se queda vacío, sin apenas luz, los vendedores vuelven en sus casas fuera de la muralla, los visitantes van a sus pueblos, y los escasos turistas de finales de octubre están dispersos. Es entonces cuando se disfruta la ciudad de otra manera, en silencio, dejándonos llevar por la imaginación. Paseamos por las calles adoquinadas entre mezquitas, minaretes, academias y medersas, vislumbrando las fachadas de cerámica que brillan a la luz de la luna. Ensoñaciones que nos transportan al mundo de los cuentos y en el que nos parece ver las caravanas de camellos cargados de riquezas que llegan a la ciudad. Borramos de nuestra imaginación la violencia del mercado de esclavos y los bandidos que merodeaban por la ciudad.
Panorámica desde la Ciudadela

El día de nuestra partida madrugamos para pasear por Ichan Kala antes de que los vendedores saquen sus mercancias a la calle y tapen parte del encanto de la ciudad y empapados de Khiva cogimos un taxi para ir a Urgench y de alli un taxi compartido a Bujara.
Khiva se queda retenida en la memoria, poco importa que la ciudad sea joven y su auge coincida con el s XIX o que gran parte de la ciudad esté reconstruida, pero el resultado es armonioso y respeta la memoria de la ciudad original.

Próximo capítulo: Uzbekistán. Bujara.

1 comentario:

Beltran dijo...

No me canso de leer las entradas de vuestro blog sobre Uzbekistan! me encantan :) Cada vez tengo más ganas de ir!
Saludos