lunes, 27 de febrero de 2012

Uzbekistán, la ciudad de Fergana (5)


Fabrica de seda de Margilan. Soplando cola para sellar la seda
Osh se encuentra a tan solo 15 km de la frontera con Uzbekistán  Llegamos con frio y lluvia. La gente se agolpa en la puerta para protegerse de la lluvia y soporta durante horas los lentos trámites de la aduana. Nos dan preferencia y pasamos más rápidamente dejando atrás el numeroso grupo agolpado ante la ventanilla.
Fergana es una ciudad moderna y mejor conservada que Osh. La oferta hotelera es escasa y no nos resulta fácil encontrar hotel. Pasamos el día callejeando por el mercado, centro de la vida de las ciudades centroasiaticas y vamos a cenar un potente borsh  (sopa de remolacha roja) al restaurante ruso Bravo. Al salir, la ciudad se ha quedado vacia, sin apenas gente en las calles.
No lejos de Fergana, en Margilan, se encuentra una fábrica de seda que sigue tejiendo según  métodos tradicionales. Cogemos un taxi para ir pero nos deja a la entrada del pueblo. Preguntamos y nos dicen que la fabrica se encuentra a unos 6 km, el chico al que preguntamos para una marchrutka,  paga al conductor y le indica que nos lleve. La fábrica  tiene una parte artesanal para enseñar a los turistas, pero la producción importante se hace industrialmente. Nos enseñan los telares antiguos, nos hacen una demo y nos vamos.
Circuncisión del niño
Mujeres bailando
Hombres bailando

Volvemos paseando y oimos  música en el patio de una casa, asomamos y nos invitan a entrar. Preguntamos si  hay una boda pero el dueño de la casa nos explica, con gestos muy significativos, que se trata de una circuncisión. El "homenajeado" es un niño al que tienen sentado entre cojines, con un traje de raso negro con ribetes dorados y cara de compungido.
Comida de fiesta
Animando la fiesta
Los hombres a un lado, las mujeres al otro, en el medio una pequeña orquesta y animadores elevados en zancudos que van y viene por el patio. Hombres o mujeres salen a bailar y a animar la fiesta mientras les hacen corro y recaudan dinero que entregan al niño. Me invitan a bailar y yo tambien contribuyo a animar el ambiente bailando estilo cascala y provocando la risa de todos, eso si, recibo muchos billetes, la mayoria de 500 som, que entrego a la madre del niño.
Las mujeres me llevan a una mesa llena de comida: plov, ensalada de zanahoria, samosas, pasteles... El vodka no se exhibe mucho pero en cuanto Luis se sienta, una mano misteriosa le acerca una botella de medio litro. Al irnos nos entregan una bolsa con pan, manzanas, nueces, pistachos..., una a cada uno. Al llegar a Fergana se la damos a un músico ciego que canta en la calle.
Zancudo recibiendo dinero para el niño
En Uzbekistan vamos a visitar las tres grandes ciudades históricas: Khiva, Bujara y Samarcanda. No tenemos intención de ir a ver el desastre ecológico del Mar Aral y el espectáculo dantesco de los barcos varados en medio de la nada, alejados de un mar que se ha reducido en un 75% a consecuencia de unos regadios de algodón especulativos e irresponsables.

Este documental de Isabel Coixet explica muy bien el desastre.



En 4 h llegamos a Tashkent para coger al día siguiente un avión que nos lleve a Urgench y de allí a Khiva.

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