lunes, 13 de agosto de 2012

Ritos funerarios de Sulawesi (Indonesia)

                  isla de Sulawesi     Foto: Wikipedia

Cada pueblo tiene sus costumbres, su manera de vivir las alegrías y las tristezas de la vida. Cuando viajamos a países muy distantes nos sorprenden las fiestas y celebraciones que nos son ajenas y no siempre entendemos. Una de las tradiciones que más me han impresionado e  intrigado es la cultura de la muerte y la tradición de los enterramientos del pueblo Toraja en la isla indonesa de Sulawesi.

Casas Toraja

En el funeral

La isla de Sulawesi (también conocida como Célebes) es por su tamaño la tercera isla de Indonesia. Tiene una forma peculiar que según algunos recuerda a una orquídea o una mariposa, con un centro montañoso del que salen alargadas y estrechas penínsulas. Nos resultó bastante complicado viajar por esta isla montañosa con impresionantes paisajes pero pésimas carreteras que hacían muy lento cualquier desplazamiento.
Sin embargo la carretera que lleva a Rantepao, la capital de la región de los Torajas, es cómoda y accesible. Toraja significa "montaña", pueblos de las montañas con costumbres ancestrales que han perdurado a lo largo de los siglos.
Invitados del funeral
La mayoría de los Torajas son cristianos y constituyen una iglesia propia pero siguen conservando las costumbres tradicionales del culto a los muertos. Según los toraja una persona no se considera muerta hasta que no se ha celebrado su funeral. Las ceremonias funerarias suelen ser muy caras por lo que, en muchas ocasiones, las familias deben de esperar un tiempo hasta conseguir el dinero necesario para su celebración. Al morir el cuerpo se embalsama y se le coloca al lado de la casa en un tongkonan (casa parecida a un barco), donde se le considera “enfermo” y se le visita y alimenta durante el tiempo necesario (a veces varios meses o años) hasta que se ha conseguido el dinero suficiente para realizar el funeral.
Ofrenda
En el transito a la otra vida el búfalo acompaña al difunto en su viaje, por ello en las ceremonias se le exhibe, se admira su belleza y su fortaleza y se le sacrifica para que facilite y ayude en el camino al mas allá.
Los funerales se celebran durante una semana y a ellos acuden familiares, amigos y, dependiendo de la condición social del difunto, personajes públicos llegados de todo el país. Para recibir a los invitados, que pueden ser cientos, se preparan banquetes y se sacrifican cerdos y búfalos.
Tuvimos la suerte de que el día que llegamos a Rantepao se celebraba el funeral de la madre del dueño del hotel en el que nos alojamos y pudimos presenciar las ceremonias que se celebraban en cualquier momento del día. La noche de nuestra llegada los familiares más cercanos la pasaron acompañando al cadáver en el tongkonan, en el que se habían colocado los kriss familiares (armas ceremoniales con un gran valor simbólico) y el tautau, escultura en madera de tamaño natural que representaba a la difunta. Para hacer más llevadera la noche mantenían el fuego encendido y preparaban comida abundante que regaban con vino de palma.
Enterramientos de Suaya
A la mañana siguiente trasladaron el tongkonan al sitio de las ceremonias, un lugar preparado para ello y en el que habían levantado casetas para los invitados. El lugar de las ceremonias tiene un valor simbólico, algunos de ellos se ubican en lugares tradicionales funerarios de piedras megalíticas antiguas.
Los invitados llegan al funeral y presentan sus respetos al difunto desfilando y colocándose en  las distintas casetas que se levantan provisionalmente para recibirles. Algunas casetas son presididas por los cuernos de los búfalos sacrificados por la familia en funerales anteriores. Para demostrar la fuerza de los búfalos que acompañaran al muerto en su viaje se celebran competiciones, peleas que no siempre son espontáneas, ya que al parecer el búfalo es de naturaleza tranquilo, pero su carácter cambia radicalmente cuando se le provoca iintroducendo guindillas picantes en el ano.
El último día se hacen ofrendas de betel, fruta, tabaco y vino de palma y se sacrifican búfalos, a los que previamente se ha “bendecido”, hiriéndoles fuertemente en el cuello hasta que se desangran. Se sacrifican más o menos búfalos dependiendo de la posición económica del difunto. De todos los búfalos el mas caro y valorado es el búfalo albino, un animal escaso y que solamente se sacrifica en funerales importantes.
Termina el funeral cuando el ataúd es enterrado en las paredes las montañas, en nichos excavados con balcones en los que se colocan los tau tau. No todo el mundo puede disponer de un tautau, solamente los mas ricos pueden costearse su construcción y mantenimiento ya que es necesario restaurar la madera y cambiar las ropas cada cierto tiempo.
Los niños pequeños son enterrados en los árboles en huecos abiertos en los troncos.
He intentado resumir el concepto de la muerte del pueblo toraja, y mis impresiones de estas ceremonias  (que son mucho más de lo que se explica en este pequeño comentario),  abarcan una filosofía de vida que se ha conservado gracias a que los torajas, muchos de ellos ejecutivos o profesionales que viven fuera de la isla, en Yakarta o incluso en el extranjero, siguen volviendo cada año a despedir a sus seres queridos, celebrando una fiesta que se encuentra enraizada en lo mas profundo de sus orígenes.
Unas fotos narradas y musicadas resumen estos días en Tana Toraja.



3 comentarios:

Libreta Viajera dijo...

Muy interesante Pilar y Luis, sobre todo poder ver un funeral real y no uno preparado para los turistas...
Un abrazo,

Anónimo dijo...

No sé si es que tuvimos suerte o qué pero lo cierto es que pudimos ver varios funerales en sus distintas fases y en la mayoría de los escenarios apenas habia turistas; a veces no había ninguno aparte de nosotros y en todas partes los toraja nos acogieron muy bien y nos invitaron a quedarnos en sus casetas y a comer y beber con ellos (por cierto que el vino de palmera es más fuerte de lo que parece xD). Gracias por seguirnos Cool, a ver si nos encontramos un día de estos.

Luis

Libreta Viajera dijo...

Espero que pronto podamos volver a juntarnos y nos contemos los nuevos viajes del verano.