martes, 10 de febrero de 2015

Pascua en Rumanía. Bucovina.


Monasterio de Moldovita
Otra etapa del diario que Luis esta escribiendo en la página de Los viajeros con varias partes:

Articulo original en: http://viajararatos.blogspot.com.es/2014/06/pascua-en-rumania-transilvania-ii.html
En esta entrada nos paseamos por los impresionantes monasterios pintados de Bucovina.

Esperamos que la información que aportamos resulte práctica para organizar un viaje por tu cuenta.  Que lo disfrutes!.
Luis en el Palacio del Parlamento de Bucarest Esta entrada forma parte del diario sobre Rumanía que Luis esta escribiendo en la página de Los viajeros. Realizamos un viaje de 10 días en abril de 2014, coincidiendo con la Semana Santa. El diario lo ha dividido en tres partes: Introducción, Transilvania y Bucovina e iremos publicándolas en el blog al tiempo que se publican en la página de los viajeros. Esperamos que esta información resulte práctica para organizar un viaje por tu cuenta. Que lo disfrutéis!.

Articulo original en: http://viajararatos.blogspot.com.es/2014/05/pascua-en-rumania-introduccion.html



8º día: SUCEAVA
El tren nos deja en la estación de Suceava hacia las 8h30'. Antes hay otra estación llamada Suceava Nord, pero está situada en un suburbio industrial. La estación en la que nos bajamos tiene aspecto de haber sido importante en el pasado, también podemos ver que dispone de cafetería y una tienda de ultramarinos donde además guardan los equipajes por una tasa muy barata. Muy cerca hay un par de hoteles, pero en realidad la estación también está lejos del centro, así que cogemos un taxi para ir al hotel que hemos reservado, el Daily Plaza.
Calle principal de Suceava
Nos encontramos en pleno centro comercial de la ciudad y tras instalarnos lo primero que hacemos es comprar provisiones en un supermercado. Estamos a sábado, esta noche se celebrará la ceremonia central de la Pascua y casi todo va a cerrar dentro de unas horas para no volver a abrir hasta el martes, así que cargamos con una buena cantidad de quesos, salchichas, conservas de pescado, pan y cervezas. A continuación salimos a ver la ciudad, que no es tan fea ni tan insustancial como dicen algunos viajeros. Justo enfrente del hotel se levanta una de las iglesias históricas: Sfantu Dumitru, o sea, San Demetrio. En ella nos hacemos una idea de lo que vamos a ver en Bucovina en cuanto a monasterios famosos, ya que todos datan de la misma época (mediados del siglo XVI) y son bastante parecidos.
Necesitamos conseguir un coche para salir mañana a ver los famosos "monasterios pintados" de la región, y eso sí que va a ser una dificultad puesto que las agencias de viajes y de alquiler de vehículos están ya cerradas. Bajando por los bulevares llegamos al bonito Parque Central y entramos en la Oficina de Turismo. Recogemos algunos folletos y planteamos nuestro problema al encargado; éste telefonea a algún contacto que tiene y nos ofrece un coche con chófer por 120€. Le agradecemos la gestión, pero el precio nos parece muy caro y aún nos queda un as en la manga: una amiga rumana que vive en Zaragoza nos ha llamado por sorpresa para decirnos que está aquí de vacaciones y que hacia el mediodía vendrá al centro de Suceava. Mientras tanto echamos un vistazo a las otras joyas arquitectónicas de la ciudad: la Iglesia Domnitelor, la restaurada Iglesia Mirauti y la más importante de todas, el Monasterio de Ioan cel Nou. Este último es un centro religioso de primer orden ya que alberga las reliquias del mártir más venerado en toda la región.


Bendición de las cestas con huevos de Pascua
Cuando llega Ana nos sentamos con ella a beber algo en un bar que encontramos por el camino; se llama Dell'Iri y nos vendrá muy bien estos días porque no cierra y es a la vez café, cervecería, restaurante y disco-bar. Además de darnos una gran alegría con su presencia, Ana no nos decepciona; enseguida llama a un conocido suyo, que acaba de volver de Italia y está sin trabajo. Dispone de un coche y le dice a ella que estará encantado de pasearnos por la región sin discutir el precio, por lo que nos parezca bien a nosotros 3. Muy satisfechos por el resultado de la gestión, dejamos que Ana se vaya a resolver sus asuntos; nosotros volvemos al hotel a comer algo de lo que hemos comprado y a descansar hasta la noche.
Por las ventanas de nuestras habitaciones vemos que las calles se han quedado vacías; además llueve y la tarde tiene un aspecto triste. Aprovechamos para pasar revista a las cadenas de televisión rumanas, cosa que, por extraño que parezca, nos divierte bastante. Hay cadenas dedicadas al mundo rural que están explicando las tradiciones campesinas ligadas a la Pascua; también hay muchas que sólo emiten vídeos de música folklórica, y a veces no podemos contener la risa viendo lo simples que son estos vídeos: siempre cantan un solista o una pareja, pero a su alrededor hay multitud de extras vestidos con trajes típicos que no hacen nada, sólo se cimbrean un poco y le dan color a la escena. Por último vemos el canal destinado al público romaní, con vídeos de estilo "choni-poligonera" que además presentan una imagen de la mujer totalmente "cosificada".

Por fin hacia las 23h30' nos decidimos a salir. Ha dejado de llover y las calles se animan algo con grupos que se dirigen a las iglesias. Nosotros, naturalmente, hemos elegido ir a la de Ioan cel Nou; antes de entrar compramos en la calle unas velas encajadas en cilindros de plástico con tapa, que nos servirán para "recibir la luz". Cuando entramos en el patio del venerable monasterio hay mucha gente, pero no se agolpan ni parecen ansiosos; nada que ver con nuestro "salto a la reja" rociero Riendo 

Intentando Prender la Luz

Para nosotros es una novedad y nos apetece ver el acontecimiento de cerca, así que entramos en la iglesia y nos vamos acercando hasta el fondo para esperar el momento frente al iconostasio. Y el momento no se hace esperar; se apagan las luces de todo el templo y a los pocos segundos se intuye el tenue resplandor de la nueva luz en el santuario. Se abre la puerta central y el pope trasmite la llama a las velas de los fieles que encuentra más cerca, estos la van pasando hacia atras y en pocos segundos el monasterio entero se puebla de llamitas. HRISTOS A INVIAT, ¡Cristo ha resucitado! es lo que piensan todos, pero de momento no lo dicen muy alto, el ambiente es de discreto recogimiento. Salimos de nuevo al patio; cerca de la puerta del recinto han levantado un gran estrado y los dignatarios eclesiásticos ya están lanzando discursos a la congregación. Como no entendemos casi nada, pronto nos aburrimos y emprendemos el camino al hotel.

Las calles ahora están llenas de gente que regresa a sus casas con sus velitas más o menos protegidas del aire; también hay muchos grupos de jóvenes que parecen acudir a fiestas privadas o directamente a "hacer botellón", pero eso si, cada uno con su cirio pascual. El mío es de tan mala calidad que la tapa se quema, y entonces me quemo los dedos yo también al tratar de arrancarla Malvado o muy loco Finalmente mi llama se apaga y la tiro a la basura; nuestra amiga también se ha deshecho de la suya y sólo Pilar, que en el fondo es un poco monja Amistad se empeña en conservar la luz de la fe hasta que llegamos al hotel. Allí la dejaremos plantada en el lavabo, para no provocar un incendio mientras dormimos Ojos que se mueven Antes de llegar entramos un momento en la catedral católica, que está en el Parque Central; allí también celebran una ceremonia nocturna en la que se bendicen los huevos pintados de rojo que los fieles llevan en cestos de mimbre.



Alojamiento en Suceava
El Daily Plaza es el hotel más caro del centro de Suceava, pagamos 125€/noche por las 2 habitaciones, con desayuno incluído. El Hotel Sonnenhof tiene muy buena fama entre los viajeros, pero está en otra de las salidas de la ciudad, tan lejos que ni siquiera nos lo planteamos. En cuanto al Daily Plaza, la verdad es que se gastaron mucho dinero al ponerlo en marcha, es elegante y las habitaciones están bien equipadas, pero los días que estuvimos allí nos dio la impresión de que lo tienen muy abandonado. Cuando usamos la cabina de ducha por primera vez no nos dimos cuenta de que el agua iba a parar directamente al suelo, así que provocamos una inundación que llegó a empapar la moqueta del dormitorio. Las chicas de recepción parecían estar allí de visita, nos dieron otra habitación en la misma planta (el hotel estaba vacío, claro) y se despreocuparon del asunto hasta que pasara la Pascua. Es una pena que los buenos hoteles como este se deterioren por falta de mantenimiento, pero creo que si tuviera que recomendar un alojamiento en Suceava me decantaría por las opciones más baratas que hay en el centro: el Gloria y otros.


Monasterios de Bucovina
 
Monasterio de Sucevita
Monasterio de Voronets














 





9ºdía: MONASTERIOS de BUCOVINA
Desayunamos temprano, por suerte hay una cocinera de guardia en el hotel y el desayuno no está mal. A Las 9h se presenta puntualmente Mihai, el vecino de nuestra amiga Ana, con un coche algo vetusto pero apto para todo servicio. Mihai habla perfectamente italiano y es muy majo; no conoce absolutamente nada de la región que vamos a visitar, pero la señalización de las carreteras nos servirá para ver lo principal y además él puede pararse a preguntar si es necesario. 

Pinturas murales en Bucovina

Salimos por la carretera 17 en dirección a Gura Humorolui. Por el camino pasamos junto a un desvío que me produce curiosidad: lleva a un lugar que se llama Ciprian Porumbescu, el nombre de uno de los músicos clásicos más conocidos en Rumanía. Mihai nos pregunta si queremos ir allí, ya que se conserva la casa-museo del músico, pero desistimos porque no nos va a sobrar tiempo. Porumbescu vivió a finales del siglo XIX y su obra no es muy extensa, ya que el autor murió muy joven, a los 30 años. Se cree que la causa de su muerte prematura fue su paso, por motivos políticos, por una prisión donde contrajo la tuberculosis. Por haber reclamado la anexión a Rumanía de Bucovina, entonces incluída en la parte austro-húngara de la actual Ucrania, y por componer canciones y otras obras patrióticas, los rumanos lo consideran su autor nacional por excelencia. Lo que me llama la atención es que no se puede decir objetivamente que Porumbescu fue rumano. Había nacido mucho más al norte, en una región que aún hoy sigue siendo ucraniana, y su familia, de origen polaco, sólo se cambió el apellido en vida del músico, para parecer más rumanos.... Que me perdonen los amigos rumanos, pero "dime de qué presumes"... xD

Monasterio de Humor
Monasterio de Humor

Pinturas murales en Bucovina
Todavía es temprano cuando llegamos al Monasterio de Humor, hay pocos turistas y podemos visitarlo con tranquilidad. Ni siquiera hay mucho interés por cobrar la entrada, que como en el resto de grandes monasterios cuesta 5 RON y va a parar directamente a las arcas de la Iglesia. Nosotros optamos por pagar en todos, pero en cambio hacemos trampa y no pagamos los 10 RON que piden por sacar fotos ya que nos parece excesivo. Humor es posiblemente el monasterio menos vistoso de todos; sus pinturas exteriores están mal conservadas y sus colores (rojo y marrón) se ven apagados. El monasterio está consagrado a San Nicolás y las escenas de la vida de este santo ocupan uno de sus muros; en otra esquina hay una representación del asedio de Constantinopla por los turcos en 1453.

Amor, Luis y Mihai
. Monasterio Voronets. Juicio final


De allí nos vamos al Monasterio de Voronets. Este es mucho más espectacular, desde el primer momento los colores vivos y la fuerza de las imágenes pintadas atrapan al visitante, especialmente la escena azul del Juicio Final que ocupa todo el muro de lo que debería ser el pórtico. El resto de los frescos que decoran los muros son casi igual de impresionantes, está claro que se han beneficiado de una restauración muy completa. Mihai está aprovechando la tournée para realizar las acostumbradas devociones, como cualquier rumano de tradición ortodoxa. Lo curioso es que ha convencido a nuestra amiga para que también ella escriba sus rogativas en trocitos de papel que entregan a los popes, acompañados de unas monedas. Hay que decir que nuestra amiga tiene problemas en el trabajo y desearía ser trasladada a otro departamento; ese es el asunto que más le preocupa en estos momentos y quizá por eso se ha dejado llevar por la tradición local. Lo creáis o no, un mes más tarde le concederán el traslado e iniciará una nueva etapa en su carrera profesional xDD.
Monasterio Moldovita

Bizcocho de Pascua de la madre de Ana
Seguimos camino, nos dirigimos ahora hacia el norte, atajando por los bellos paisajes de montaña de la carretera 176. Paramos a comer en un lugar agradable, compartiendo nuestras provisiones y también un regalo que nos ha traído Mihai: huevos cocidos y un gran bizcocho típico de la Pascua, enviados amablemente por la madre de Ana. Poco después llegamos al Monasterio de Moldovita; sus frescos están pasablemente bien conservados, aquí también hay un "Juicio Final", un "Asedio de Constantinopla", una serie de escenas de la vida de Cristo, etc. También las pinturas del interior atraen nuestra atención durante un buen rato; el voivoda Petru Rares, fundador del monasterio, está representado frente al iconostasio entregando simbólicamente el edificio a Cristo, en una escena común a casi todos los templos ortodoxos antiguos. En un pequeño museo anexo se conserva también el trono en madera tallada de este príncipe guerrero y protector de la fe.
 
En el paso de Ciumarna

Volvemos a circular hacia el norte; Mihai se orienta muy bien y le está cogiendo gusto a la excursión. Atravesamos una región de montañas boscosas y la carretera va ascendiendo hasta el Paso de Ciumarna, a unos 1100 metros de altitud; ahí paramos a observar desde el mirador, señalado por una extraña escultura y muy concurrido en estos días festivos. Al final de la bajada por la otra vertiente nos encontramos con el Monasterio de Sucevita. Su aspecto es más monumental que el de los anteriores ya que está protegido por murallas muy altas, con torres y sólidos cuerpos de edificio. Pero la iglesia que alberga en su interior es parecida a las otras; su fresco más característico es el de La escalera de San Juan o "escalera de las virtudes". Aquí también me entretengo visitando el museo, bastante grande, que contiene la habitual mezcla de iconos, prendas eclesiásticas, objetos de oro y plata y muebles.
Monasterio de Sucevita
Llamando a la oración


Los alrededores del monasterio están habitados y a estas horas hay bastante animación. Nos paramos junto a una iglesia donde los vecinos celebran una fiesta infantil; en un estrado el pope organiza la típica "batalla de huevos", llamando a los niños por parejas. Cada niño sostiene uno de los huevos teñidos de rojo que se han cocido en las casas el día anterior; al encontrarse con el otro debe decir Hristos a inviat y el otro contesta Adeverat a inviat, entonces chocan los huevos y gana el que no rompe la cáscara del suyo. Las eliminatorias transcurren entre risas y gritos hasta que sólo queda un vencedor... esperamos que el premio no consistirá en comerse todos los huevos de una vez xD. Entre los vecinos de este pueblo descubrimos nada menos que al Gran Wyoming disfrazado de "Vieja'l visillo".

Tertulia. ¿Quien es la que mira a cámara?
 ¿ Será el Gran Wyoming ?




Monasterio de Sucevita
Ya en el camino de regreso decidimos parar a descansar un rato en Radauti. Nos cuesta encontrar aparcamiento porque el centro está muy concurrido; naturalmente también aquí hay una celebración religiosa. La catedral es grande, pero no tiene nada de especial y pronto nos cansamos de estar allí. Sólo más tarde, por desgracia, nos enteramos de que esta pequeña ciudad conserva el Monasterio Bogdana, el más antiguo de Moldavia construído en piedra y que además está adornado con magníficos frescos. Quizá para compensarnos, Mihai nos propone ir a otro monasterio en las afueras de Suceava, que a él personalmente le gusta porque tiene fama de cumplir los deseos de todo el mundo. Nos cuenta que, según la leyenda, su construcción fue un encargo de dos viajeros turcos que se habían extraviado y que quisieron dar gracias al lugar en que les dieron comida y agua. La historia nos parece inverosímil puesto que los turcos nunca fueron cristianos, pero se aclarará en cuanto lleguemos allí. Nuestro aguerrido chófer nos lleva a la salida hacia Bucarest por la N.2; apenas pasado el Hotel Sonnenhof, nos metemos por un camino rural que lleva hasta una pequeña colina desprovista de árboles. En lo alto se yergue el sencillo monasterio, rodeado de un muro; culminamos la subida a pie y al entrar en el recinto descubrimos un moderno khatchkar de cemento rosa.... El misterio se ha desvelado: se trata de una iglesia armenia xD. Más tarde descubriremos que lleva el nombre de Manastirea Hagigadar y que no pocos devotos lo han circundado de rodillas, esperando obtener curaciones y otros favores. La iglesia propiamente dicha tiene las puertas cerradas y parece evidente que la Pascua ortodoxa no ha congregado aquí a nadie en los últimos días; pero como Mihai insiste el poder milagroso del lugar, él y nuestra amiga escriben sus peticiones en papelitos que pasan por debajo de la puerta...

Monasterio de Moldovita
De vuelta en el centro de Suceava entramos en el mismo bar de ayer para beber algo. El único que no se confiesa cansado es Mihai; le pagamos 350 RON por su trabajo y le pedimos que vuelva mañana a pasearnos por otra zona, oferta que acepta encantado.
Cuando se vuelve al pueblo con su coche nosotros nos planteamos dónde ir a cenar. Todo el mundo nos ha hablado del restaurante italiano Latino, pero es una recomendación poco útil, ya sabemos que está cerrado. Pasamos revista rápida a los pocos locales disponibles y decidimos volver al punto de partida, que no es otro que el Dell'Iri. Es un bar grande, con muchos camareros, y cuando les preguntamos si tienen algo comestible nos sorprenden agradablemente, llevándonos a un comedor perfectamente montado en el que ya hay algún grupo de jóvenes con hambre y ganas de fiesta. La cocina, aunque sencilla, es mucho mejor de lo que nos esperábamos: pizzas artesanas y ensaladas bien aliñadas, además de los típicos mici y tochitura para los que prefieren algo más contundente. Al salir nos quedamos un rato más en el bar, transformado en disco con su correspondiente DJ.

 


10º día: TARGU NEAMT
Mihai viene a buscarnos a la misma hora que ayer. Es nuestro último día en la hermosa región de Bucovina; tenemos billetes para el tren nocturno a Bucarest, así que salimos del hotel con las maletas, que dejaremos en la estación. Como ya vimos ayer, el servicio de consigna de equipajes lo presta una tienda; por supuesto nos aseguramos, preguntando una vez más (a veces hay que ser cansinos para no llevarse luego una sorpresa xD), de que estará abierta cuando pase el tren a las 22h50'
 

El clima es muy bueno y nos promete una excursión de lo más agradable. Nuestro plan es visitar algunos de los monumentos que rodean la ciudad de Targu Neamt, situada a unos 60 kms por la ruta de Bucarest. Es lunes de Pascua, la gente sigue de fiesta y es evidente que no han madrugado mucho. Pasada la ciudad de Falticeni paramos un par de veces a ver iglesias de pueblos: una moderna, donde las monjas nos reciben con no muy buena cara, y otra de madera, que descubrimos por el típico cartel indicador biserica de lemn. Esta última no es tan vistosa como las famosas iglesias de Maramures (región que por desgracia no tenemos tiempo de visitar) pero resulta divertido ver el ambiente festivo; los pocos vecinos del pueblo ya se están reuniendo en ella y el barbudo pope nos acoge para soltarnos un discurso en inglés, contándonos lo mucho que le gusta España (al parecer estuvo una vez en San Sebastián, por un congreso). En estos pueblos las infraestructuras suelen ser precarias; a menudo no hay agua corriente ya que la abundancia de agua en el subsuelo facilita que cada casa tenga su pozo, en cambio el suministro de gas sí que parece llegar a casi todas partes. Lo que más llama la atención, aparte de los bonitos carros de madera tirados por un caballo, es la profusión de casas a medio construir. Parece evidente que muchas familias han emigrado al extranjero con ánimo de volver algún día, pero sólo pueden ir levantando los muros de su futuro hogar a medida que disponen de dinero y de tiempo. Por suerte el saqueo en zonas rurales no se practica tanto como en España, al menos a nosotros nos parece que la gente deja sus cosas abandonadas por ahí sin preocuparse mucho.
 
Fortaleza de Neamt
Escudo de Moldavia



Nos desviamos de la ruta de Bacau por la carretera 15C y pronto llegamos a Targu Neamt. Esta ciudad, cuyo nombre significa "mercado alemán" se extiende paralela al río Ozana y queda encajada entre éste y una montaña cubierta de bosques. En medio de esa montaña se encuentra su famosa fortaleza, o Cetatea Neamtului; para subir hasta ella buscamos un sitio donde aparcar en los márgenes de la carretera y a continuación volvemos a pie por una zona de pensiones y terrazas. El camino peatonal que asciende en zigzag por el bosque de hayas es largo y empinado, pero está amenizado por unos carteles muy completos que explican la flora, la fauna y la geología del lugar. Por fin llegamos a la vista del castillo; es magnífico, sin duda merece su fama de ser la fortaleza más importante de Moldavia, pero hay un elemento que de algún modo desentona: la gigantesca pasarela de acceso. Como muchos castillos de toda Europa, éste se construyó con vocación de resultar inexpugnable, para lo cual aprovecharon un profundo barranco de la montaña. Apoyando en ese barranco el muro más largo, los defensores se aseguraban de que nadie pudiera acercarse sin pasar por un camino estrecho donde ellos podrían batir al enemigo con facilidad. Naturalmente, en aquella época la entrada al castillo estaba situada en el lado opuesto, más apartado y fácil de defender, pero hete aquí que al planificar su restauración, completada hace pocos años con fondos de la UE, los arquitectos decidieron facilitar el acceso rellenando parte del barranco y tendiendo un puente para salvar el resto de desnivel. La pasarela, apoyada en 11 enormes pilastras de piedra, en mi opinión no deja de ser un despropósito, pero también hay que decir que está construída con la misma piedra que el castillo, lo cual disimula bastante el efecto. Antes de pasar por ella hay que pagar la entrada en una caseta; cuesta 5 RON más 10 RON si quieres el permiso para hacer fotos, pero nosotros pagamos un solo permiso que nos vamos turnando. 

La verdad es que el castillo resulta pintoresco y fácil de visitar, a pesar de que hay mucha gente. La mayoría de las salas están restauradas y las han adornado con carteles, fotos e incluso muebles y maniquíes que representan escenas medievales. Se pueden leer textos en varios idiomas que explican en detalle la importante y larga historia del castillo, que fue construído a finales del siglo XIV para hacer frente a la amenaza otomana sobre toda la región balcánica. Por aquí pasaron personajes cruciales en la Historia de Europa Oriental, como el príncipe Esteban el Grande o el rey polaco Jan Sobieski.
Al bajar de la montaña ya tenemos hambre y nos fijamos en la terraza de un motel que está en el mismo cruce. Se llama Casa Arcasului y está muy concurrida, así que el servicio se hace esperar bastante. Además la cocina es muy sencilla y limitada, pero aún con todo pasamos un rato agradable. 

Pascua en Bucovina

 
Sucevita
Nos queda tiempo para ver algunas cosas más; para comenzar nos dirigimos a Agapia, pueblo situado a pocos kilómetros de Targu Neamt. Este pueblo está muy centrado en el turismo religioso que atraen sus dos famosos monasterios, sus calles están llenas de albergues para peregrinos y tiendas de recuerdos, pero aparte de esto nos parece un sitio bonito, con casas literalmente inundadas de flores. La carretera se interna en un parque natural hasta llegar al monasterio llamado Agapia din vale; aunque data del siglo XVII su aspecto actual se debe a la profunda reconstrucción que sufrió en el siglo XIX. No hay pinturas exteriores en su iglesia pero aún así es un monasterio muy rico y vistoso, adornado con bellos jardines cuya vista se recorta contra la montaña cubierta de negros abetos. Para las monjas, cubiertas con sus tocas negras típicas de Rumanía, hoy es un día de alegría por la Resurrección y cada poco tiempo alguna de ellas se encarga de llamar a la congregación tocando una especie de campana portátil, plana y estrecha, que hacen sonar con un mazo. Ayer en Bucovina ya habíamos visto tocar sobre listones de madera, pero al parecer hoy está permitido usar campanas metálicas, que hacen algo más de ruido. Una chica nos invita a tocar también a nosotros, y nos reímos mucho con el escándalo que provocamos. También nos invitan a sacar agua del pozo, lo cual debe guardar relación con alguna otra tradición rumana. Antes de irnos entramos a ver las pinturas del interior y el museo de iconos, que muestra piezas antiguas muy valiosas.
Una invitación especial para llamar a la oración

Para subir hasta el otro monasterio, conocido como Agapia din deal o "en la colina", hay que tomar un camino sin asfaltar. Nada más pasar las primeras granjas la pista se pone difícil y Mihai se asusta un poco por las piedras que pueden dañar su coche. Le aconsejamos que pare allí mismo y nos disponemos a recorrer a pie los 2 kms que faltan. Al llegar descubrimos que se trata de un monasterio de madera, perfectamente restaurado y bien integrado en el paisaje forestal que lo rodea.
Monasterio de Agapia din deal
Son muy pocos los coches que se acercan al recinto, por eso se respira un ambiente de total serenidad; aún así las monjas no se privan de hacer sonar las campanas para llamar a la ceremonia correspondiente. Pasamos un rato sentados en los bancos del jardín, disfrutando del aire fresco y perfumado de estas montañas, y nos volvemos despacio hacia nuestro vehículo.
Por último nos vamos un poco más hacia el sur y visitamos el Monasterio de Varatec. Data del siglo XIX y en su interior alberga valiosos iconos. Este monasterio además fue famoso por su escuela de bordados, cuyas muestras más antiguas se conservan en el museo.

Esperando el tren a Bucarest

Y ya por fin podemos volver a Suceava y dejar descansar al bueno de Mihai, que se ha ganado sobradamente su paga de hoy. Nos quedan unas horas para pasear; acabamos en el parque y aprovechamos para cenar allí mismo, en un bonito restaurante acristalado que se llama Centru Vechi. Está bastante lleno, pero tenemos suerte y nos acomodan casi inmediatamente; la cocina es rica e imaginativa, de lo mejor que hemos probado en Rumanía, y el servicio excelente a pesar del follón.
Tomamos un taxi en una de las paradas y nos vamos a la estación con tiempo de sobra para abordar el tren, que en esta ocasión también llega puntual (tal vez porque sale de aquí al lado). Las dos cabinas de coche cama nos cuestan lo mismo que en el otro viaje: 52€ por persona.


Ver las entradas anteriores: 1.-Pascua en Rumanía. Introducción 2.-Pascua en Rumanía. Valaquia 3.-Pascua en Rumanía. Transilvania I: Brasov, Sighisoara 4,-Pascua en Rumanía, Transilvania II: Sighisoara, Sibiu 5.-Pascua en Rumanía: Transilvania III: Sibiu Alba Iulia

Articulo original en: http://viajararatos.blogspot.com.es/2015/02/pascua-en-rumania-bucovina.html
Ver las entradas anteriores: 1.-Pascua en Rumanía. Introducción 2.-Pascua en Rumanía. Valaquia 3.-Pascua en Rumanía. Transilvania I: Brasov, Sighisoara 4,-Pascua en Rumanía, Transilvania II: Sighisoara, Sibiu 5.-Pascua en Rumanía: Transilvania III: Sibiu Alba Iulia

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Ver las entradas anteriores:
1.-Pascua en Rumanía. Introducción
2.-Pascua en Rumanía. Valaquia
3.-Pascua en Rumanía. Transilvania I: Brasov, Sighisoara
4,-Pascua en Rumanía, Transilvania II: Sighisoara, Sibiu
5.-Pascua en Rumanía: Transilvania III: Sibiu Alba Iulia

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