domingo, 17 de marzo de 2013

La Fuente de los Incrédulos de Zaragoza

La fuente de los Incrédulos

Si hay un lugar en Zaragoza que me llama la atención es la Fuente de los Incrédulos. No por su belleza, está bastante deteriorada y no es especialmente bonita; ni por su ubicación, se encuentra en Vía Ibérica, casi escondida y alejada del centro; ni por su función ya que hace bastantes años que no tiene agua. Si me gusta la Fuente de los Incrédulos es por su historia, porque fue construida a finales del s. XVIII, en un acto casi de chulería, para demostrar que SI SE PUEDE.



La Casa Blanca del Canal
La fuente de los Incrédulos la mandó construir Ramón Pignatelli en 1786 para conmemorar que era posible la llegada de las aguas del Canal Imperial a Zaragoza y así se refleja en la inscripción en piedra:
Placa conmemorativa

D.O.M. 
Incredulorum Convictioni et Viatorum Commodo. Anno MDCCLXXXVI. 
(Para convencimiento de incrédulos y descanso de viajeros. Año 1786)

Ramón Pignatelli, clérigo zaragozano de noble cuna, fue el encargado de llevar a cabo un ambicioso proyecto que pretendía la construcción de un enorme canal que uniría Zaragoza con el Atlántico por el norte y con el Mediterráneo por el sur. Este canal seria un nudo de comunicación que serviría para transporte de personas y mercancías, dando salida a los productos del campo aragonés, y sus aguas podrían regar nuestras buenas pero secas tierras zaragozanas.
Placa explicativa
La obra fue tachada poco menos que de locura, y no llegó a completarse, pero cuando se inauguró el día 8 de Octubre del año 1784 el tramo entre Fontellas (cerca deTudela) y Zaragoza se describe la llegada como una ceremonia llena de pompa y boato, del agua a Zaragoza por el Canal Imperial y la navegación de 6 barcas, en las que iba el Protector del Canal D. Ramón Pignatelli, junto las máximas autoridades de la ciudad. Fue presenciado el acto por más 20.000 almas, lo que suponía casi la mitad de la población de Zaragoza, ya que según el censo de Floridablanca de 1787, tenía 42.600 habitantes.
(Extracto del escrito de D. Vicete Goser y Casellar, administrador del Duque de Hijar).


Trazado del Canal Imperial de Aragón


Fue un proyecto ambicioso, costoso y lleno de dificultades pero que sirvió para poner en marcha una reforma agraria que benefició a los pequeños propietarios, a pesar de contar con una fuerte oposición de la oligarquía terrateniente, encabezada principalmente por los ganaderos agrupados en Casa Ganaderos, y la iglesia, que perdía parte de sus diezmos.
Pignatelli no “rebló” y luchó contra viento y marea para llevar a cabo este proyecto e imponer una reforma agraria que benefició a los pequeños campesinos y cambió para siempre el panorama agrario aragonés al aumentar la zona regable de la cuenca del Ebro de 30 al 250 %.

El Canal en el barrio de Casablanca
En estos momentos de chapuzas varias y falta de proyectos inteligentes y ambiciosos, en los que están ganando el pulso las oligarquías actuales, hay que recordar especialmente la Fuente de los Incrédulos y el espíritu de Ramón Pignatelli, que demostró que SI SE PUEDE.

Piragüismo en el Canal

4 comentarios:

Vieja Mochila dijo...

Gran entrada esta, Pilar. Uno que de desde niño a no hace mucho ha vivido entre Torrero y Casablanca, artículos como este le calan muy p´adentro. Y es que en tiempos de dragados del Ebro para paseos de barcas ruinosas, con dos remos y un poco de sensibilidad "si se puede" disfrutar de la herencia de D. Ramón.

Pilar Brun dijo...

Me parece muy interesante la figura de Ramón Pignatelli, un aragonés tozolón e inteligente que lo tenia claro. Que bien nos iría actualmente un personaje así.

Unknown dijo...

Muchas gracias, Pilar. Igual por eso la están dejando tirar, porque ellos ni quieren ni mucho menos se empeñan en poder.

Pilar Brun dijo...

Es cierto Oscar que la Fuente de los incrédulos es todo un símbolo de desarrollo a largo plazo y eso actualmente se ve muy lejos.