martes, 21 de febrero de 2012

Kirguistán, Osh en el valle de Fergana (4)


Vendedores de sandias
Llegamos a Osh después de combinar varios taxis y mazchrukas y dejar Arslanbob con el deseo de volver algún día. Osh es la segunda ciudad de Kirguistán con un 50 % de población uzbeca.


Osh desde el Trono de Soliman
La historia de Osh va unida a la del valle de Fergana. Parada importante en la Ruta de la Seda (fueron famosos los caballos del valle de Fergana), en él han vivido durante siglos distintos pueblos en convivencia pacifica, sin apenas conflictos. Actualmente sigue siendo uno de los valles mas ricos y poblados de Asia Central, pero se enfrenta a importantes conflictos  como consecuencia de la creación artificial de las repúblicas Centroasiaticas
Señor con gorro uzbeko y sonrisa de oro
En 1925 la URSS, durante la época de Stalín, dividió el valle de Fergana entre tres estados: Uzbekistán que dispone de la mayor parte del territorio y en el que se encuentran las ciudades emblemáticas de Bujara y Samarcanda. Kiguistán con la ciudad de Osh y Jalalabad de mayoría uzbeka y Tayikistán. Esta división artificial supuso que uzbecos, kirguís y tayicos se quedasen repartidos en los tres países provocando conflictos étnicos, económicos, culturales y estratégicos. Con la disolución de la URSS los conflictos se han agravado y en 2010, pocos meses después de pasar nosotros por el valle, Osh y Jalalabad sufrieron importantes revueltas, con un centenar de muertos.
Señora con gorro uzbeko y sonrisa de oro
 La posición estratégica del valle agrava la solución del conflicto. Rusia y EEUU, dos grandes potencias con intereses en la zona, parece que no contribuyen a resolver los graves problemas de esta zona rica, con una población cada vez más empobrecida.
Bromas en el mercado
Deslizandose con el niño
 Uno de los mayores atractivos de Osh es el amplio y variado mercado, recuerdo de su pasado comercial. El bazar Jayma está situado a la orilla del río, en parte cubierto y distribuido por calles, plazas, rincones y recovecos. Como en la mayoría de los mercados asiáticos, los vendedores se agrupan por gremios, los verduleros, carniceros, zapateros, sastres, puestos de ropa, de especias, de amuletos, afiladores, vendedores de gorros... En un puesto de verduras compro eneldo seco,  Al pagar no me doy cuenta de los cambios y lo que costaba 30 som, me cobran 300. Enfadada conmigo por este despiste, decido volver a reclamar, (con lo difícil que es orientarse en estos enormes mercados) y el vendedor, que al principio se hace el longuis, me devuelve el resto del dinero.
 En este ir y venir, los puestos se van cerrando y el mercado se queda vacío y silencioso. Al salir ya es casi de noche y la ciudad está a oscuras. A pesar de ser la segunda ciudad mas importante del pais, no hay luz en la calle y solo nos alumbran los escaparates de las últimas tiendas que quedan abiertas. Cenamos en el Rich Men, un restaurante que parece ser lo que anuncia, un lugar en el que los hombres ricos hacen negocios. Un ruso que come en la mesa de al lado, nos dice en español las dos frases que conoce: No pasaran y Mucho pendejo.

¡Viva los novios!
Entrada al Mercado de Uzgen
En el centro de Osh se encuentra El trono de Solimán (Dom Babura), una colina que domina la ciudad, y lugar de peregrinaje de los musulmanes de la zona, ya que, según la tradición, allí rezó el mismisimo profeta Mahoma. Subimos a la colina por una senda asfaltada y vallada que serpentea por el cerro. Nos vamos cruzando con parejas de novios que se rezagan y remolonean y que suben al monte a pedir un hijo, cumpliendo la tradición de deslizarse por la piedra suave y reluciente, a modo de tobogán, que hay en la cima la montaña; parejas con un niño pequeño que suben tranquilamente y que un vez arriba se deslizaran felices por la gracia concedida; familias completas con mujeres de cabeza cubierta y hombres con gorro uzbeko negro o kirguis blanco, que suben, descansando a cada paso, a orar y disfrutar del sitio sagrado, mientras los niños juegan a asomarse por las barandillas del camino y llaman a sus padres desde arriba. Devotos, o no, que se hacen fotos en esta montaña sagrada desde la que se disfruta de una completa vista de la ciudad.
Disfrutamos del lugar, de las vistas, del ambiente y bajamos despacito hasta el parque en la falda de la montaña donde los recién casados se hacen fotos delante de la estatua de algún personaje famoso y paseamos por la calle Lenin, nos tropezamos con la sede del partido comunista, nos invitan a entrar y nos interrogan sobre España.
Uzgen. Mausoleo (s. XII)
Visita escolar al Mausoleo
Torre de Uzgen (s XI)
En el parque Lenin
 No lejos de Osh se encuentra Uzgen un pueblo con un importante patrimonio cultural dentro de la Ruta de la Seda y tristemente famoso por los sangrientos enfrentamientos de 1990. Esta antigua ciudadela sirvió de campamento a la armada de Alejandro Magno y aunque poco queda de esta importante ciudad de la época karakhánida,  todavía conserva  tres mausoleos y un minarete del s XI ubicados en el centro del pueblo, al lado de la carretera.
Destaca la Torre, de estructura parecida a la Torre de Burana, pero mucho mas bonita y mejor conservada, en ladrillo rojo, al igual que los Mausoleos. Se puede pasear libremente por ellos, comunicados por estrechos pasillos. Coincidimos con la visita guiada de un colegio, los niños practican con nosotros las frases que conocen en inglés y la profe promete que al volver al cole buscarán España en el mapa.
Vamos paseando hacia el mercado y nos encontramos con la plaza en la que todavía se conserva la estatua de Lenín.
La puerta principal del mercado la presiden dos grandes columnas cubiertas de cerámica y una foto del presidente (creo que es el presidente Kurmanbek Bakíev; que huyó durante la revuelta de 2010). El mercado es mucho más pequeño que el de Osh, pero resulta mas tranquilo y manejable. Nos vamos parando por los puestos y hacemos fotos, la gente se muestra agradable, probamos un enorme melón dulce, bolitas de queso fresco, olemos el eneldo fresco y en un puesto de karjak compro a mi padre el tradicional gorro kisguís de fieltro blanco.
 Una marchrutka nos lleva los 15 km que separan Osh de Uzbekistán. En la frontera los trámites son lentos y los policías copian los documentos con papel de calco. Nos dan prioridad y pasamos rápido.



Próximo capitulo Uzbekistán, la ciudad de Fergana

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias, Pilarín, por dejarnos asomar un ratito a tu ventana. He disfrutado muchísimo!!!!