Y por fin llegamos a Lalibela, uno de los lugares del viaje que más ilusión me hacía visitar. Llegamos tarde en un viaje largo desde Gondar, por carretera, subiendo y bajando puertos y con unas vistas impresionantes. El norte de Etiopía es muy montañoso y los días claros hacen que tengamos unas vistas preciosas.
Llegar a Lalibela por tierra es muy largo, por eso la mayoría de la gente viene en avión, sin embargo lo que se gana en tiempo se pierde en cercanía. De Gondar al cruce de Lalibela la carretera esta recién asfaltada por los chinos, (la llaman la carretera de los chinos) y se circula bien, si se tiene en cuenta que constantemente tenemos que sortear el montón de animales que circulan por el centro de la carretera, los últimos 70 km hasta Lalibela es una pista de tierra, sin asfaltar, alucinante que el lugar más visitado de Etiopia tenga un acceso tan elemental.
Lalibela es un pueblo que lleva su vida al margen de los turistas que viene a visitar las iglesias, aunque los niños constantemente nos piden pen y bir (monedas), el acceso a internet es tan lento que casi ni funciona,
Las iglesias de Lalibela, construida bajo tierra, esculpidas en la roca, son sorprendentes, no tanto por su belleza, (son bastante sencillas) sino por el ambiente, por lo que representan, por el enorme trabajo que supuso construir iglesias comunicadas por túneles y por su configuración tan peculiar.
En alguna de ellas se celebraban oficios religiosos, con los monjes vestidos con las túnicas blancas cantando canciones de ritmo repetitivo y haciendo sonar un instrumento metálico con 5 chapas y de vez en cuando el tambor se coloca en el medio e impone el ritmo, las iglesia se llenan de gente, todos y todas de blanco y rezan y cantan y entran y salen, y así durante horas. Difícil hacer fotos en el interior casi a oscuras de las iglesias, pero el ritmo y el ambiente enganchan.
Y de todas la más espectacular (por fuera) San Jorge, la iglesia construida en un monolito que forma una cruz y por dentro Santa Maria (Bet Maryan) una de las pocas iglesias que conserva pinturas y relieves y que tiene un cierto encanto parecido a las iglesias románicas.
Las iglesias de Lalibela, construida bajo tierra, esculpidas en la roca, son sorprendentes, no tanto por su belleza, (son bastante sencillas) sino por el ambiente, por lo que representan, por el enorme trabajo que supuso construir iglesias comunicadas por túneles y por su configuración tan peculiar.
En alguna de ellas se celebraban oficios religiosos, con los monjes vestidos con las túnicas blancas cantando canciones de ritmo repetitivo y haciendo sonar un instrumento metálico con 5 chapas y de vez en cuando el tambor se coloca en el medio e impone el ritmo, las iglesia se llenan de gente, todos y todas de blanco y rezan y cantan y entran y salen, y así durante horas. Difícil hacer fotos en el interior casi a oscuras de las iglesias, pero el ritmo y el ambiente enganchan.
Y de todas la más espectacular (por fuera) San Jorge, la iglesia construida en un monolito que forma una cruz y por dentro Santa Maria (Bet Maryan) una de las pocas iglesias que conserva pinturas y relieves y que tiene un cierto encanto parecido a las iglesias románicas.
4 comentarios:
te seguimos desde Alcañiz sigue escribiendo, tus padres han estado hoy aqui y han visto lo que has escrito, te mandan muchos besicos.
Me alegra un montón seguir vuestras correrías. Un beso
Bueno piluca tu cuñadita.....de reposo.....que rollo! Casi casi hasta tu regreso....ojalá cuando te vea lleve mis botas pijas....será buena señal,tu hermanito vendado pero trabajando ja ja mar y ale estudiando....Pero con un súper find que les espera....cenas y fiestuka.besos wapi.
Ja ja has adivinando.....quien es el anónimo?.?...yo lo se ja ja mas besos
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