En Erevan (Armenia)

Un lugareño de Gyumri

Por la mañana cogemos la marchrutka para ir a Gyumri, en Armenia. Pasamos sin problema la frontera armenia, nos ponen un visado muy bonito de colorines, pagamos 3000 dram (unos 6 euros) y eso es todo. Un policía de enorme nariz nos dice que Nadal es muy bueno, que el Barcelona es mejor que el Madrid y muy amable nos da la bienvenida a Armenia.
La frontera está en medio de un páramo seco y pedregoso, rodeado de montanas nevadas. Hace frío y llueve, estamos muy altos. El sur de Georgia y norte de Armenia son muy secos, nada parecido a los preciosos valles boscosos y fértiles que hemos visto hasta ahora.
Armenia tiene otro pinta,. Yerevan es muy diferente a Tbilisi, tiene un cierto aire de gran ciudad, atrae a muchos viajeros y aunque los hoteles son caros nos ha resultado imposible encontar habitación después de preguntar en 3. Al final esta noche nos quedamos en una casa particular, muy interesante ver cómo vive una fanilia y cómo son los pisos una vez atraviesas los lúgubres portales.
Armenia tiene 3,5 millones de habitantes pero otros 8 millones de armenios viven fuera del pais. Parece ser que la reconstruccion se debe sobre todo al dinero que viene del exterior, principalmente de los ricos armenio-americanos.
Físicamente los armenios son muy diferentes de los georgianos (son bastante narigudos) pero en una cosa son iguales, cuando los hombres muy hombres se saludan se dan un beso sonoro, de esos que nos daban las abuelas, que da gusto oirlos. Y son muy saludadores.
Tambien las mujeres armenias y georgianas tienen algo en comun,  ambas llevan unos altísimos y finos tacones para andar por calles llenas de agujeros que nos deja maravillados, pues consiguen mantener el equilibrio sin inmutarse ( y yo con botas de montaña).

en la plaza de Gyumri

un vendedor de café(s)